Peralta ingresó al Departamento Judicial de la Policía Nacional pasadas las 11.00 para realizar los trámites de admisión, antes de que fuera llevado a Tacumbú. Posteriormente fue trasladado a la penitenciaría, donde permanecerá recluido en el Pabellón de la Tercera Edad.
El ex rector debía ingresar a la cárcel en la tarde del miércoles, lo que no fue posible porque tuvo que ser asistido de urgencia en el Hospital de Barrio Obrero, donde se le diagnosticó una “cardiopatía hipertensiva con planes de cateterismo”. De allí lo llevaron al Sanatorio San Jorge, donde pasó la noche. En este nosocomio privado se comprobó que no padece de ninguna enfermedad coronaria y se le dio el alta médica.
Froilán Peralta está imputado por inducción a la comisión del hecho punible de cobro indebido de honorarios y el juez Alcides Corbeta resolvió la prisión preventiva en Tacumbú mientras dure la investigación.
No convenció
El mal estado de salud de Peralta no convenció ni a los médicos que lo atendieron ni a la población que expresaba su descontento a través de las redes sociales. Algunos incluso tildaban este hecho como una “chicanería” de la abogada defensora, Sara Parquet.
El mismo César Delmás, director del Instituto Nacional de Cardiología, manifestó que no encontraron síndromes de enfermedades coronarias, por lo que este jueves le volvieron a realizar los estudios pertinentes, que confirmaron su primer diagnóstico: Froilán estaba en buenas condiciones.
También corrieron fotos en las redes sociales, donde se ve al ex rector sentado y sonriente en una camilla del Hospital de Barrio Obrero. Poco después, el mismo salió rumbo al San Jorge en una camilla, con una sonda de oxígeno y un aparato para controlar la presión arterial.