29 mar. 2024

El recuerdo de Marnie

Celebrando la nominación al Óscar de “When Marnie Was There”, publicamos una mirada breve y subjetiva a esta última obra del renombrado estudio Ghibli.

El recuerdo de marnie

Anna y Marnie en una escena de la película dirigida por Hiromasa Yonebayashi. | Foto: half-decent.com.

Sinopsis: Anna es una niña grisácea de 12 años que sufre un ataque de asma y termina viajando a Hokkaido para recuperarse y respirar aires nuevos. En ese lugar conoce a Marnie, una misteriosa joven que guarda unos secretos que podrán volver a levantar a Anna del letargo y la desconfianza en la que se ha sumido al enterarse que es adoptada.

Advertencia: Se revelan detalles del argumento.

La importancia de la introspección y el triunfo de los sentimientos son mensajes que suelen encontrarse en las películas de esta gran casa de animación con más de 30 años de magia visual a cuestas. Son estos temas los que sostienen a la última obra producida antes del cese temporal de actividades del estudio en 2014, cuando en Japón se estrenaron El Cuento de la Princesa Kaguya y el título que relataré a continuación.

Tras el anuncio del retiro de Hayao Miyazaki, quien ha logrado cosechar títulos entrañables y de gran carga emotiva como El Viaje de Chihiro y El Viento se levanta, el director Hiromasa Yonebayashi ha decidido basarse en la novela de adolescentes Cuando Marnie estuvo allí, de la británica Joan G. Robinson, para crear un retrato realista en el que una joven de 12 años enfrenta a sus recuerdos más emotivos.

El inicio es probablemente clave para comprender la naturaleza de los personajes principales. Pero antes hablaré de Marnie y Anna. La primera es una dulce y misteriosa joven de cabellos rubios que busca el amor de sus padres (ausentes) en un ambiente aristocrático donde además recibe el maltrato de sus institutrices; la segunda es una niña introvertida y decadente que siente resentimientos contra la mujer (Emily) que la adoptó porque cree que lo hace por el subsidio que recibe del gobierno para cuidarla.

Insegura del amor que pudo recibir en el pasado, Anna reflexiona sobre el mundo diciendo que hay “un círculo mágico invisible que no puede verse a simple vista”. Y continúa su línea de pensamiento asegurando que existe un “exterior” y un “interior”, y que ella “está fuera”. Se siente marginada, por decirlo de alguna forma, porque no siente amor ni confianza hacia nadie, al menos hasta que encuentra a Marnie, quien personifica sus recuerdos y es parte del círculo que se percibe con la observación.

Los elogiables escenarios de El Recuerdo de Marnie, aunque muy pocos en comparación con otras de Ghibli, son un sello característico. | Foto: gkidsfilms.com.

Los elogiables escenarios de El Recuerdo de Marnie, aunque muy pocos en comparación con otras de Ghibli, son un sello característico. | Foto: gkidsfilms.com.

El círculo que no puede verse a “simple vista” también puede interpretarse como la revelación de que existe un diagnóstico crítico o emocional de la realidad en la esencia de una obra de arte. Algo que se percibe de forma implícita. Y el estudio Ghibli es conocido por exponer este tipo de mensajes en sus películas a través de simbolismos.

En El Viaje de Chihiro, la protagonista realiza un viaje sensorial e introspectivo a un mundo donde gracias a sus recuerdos puede superar su pasado. En la película hay unas brujas que representan al ego y la sabiduría. Una de ellas, Yubaba, obliga a Chihiro a cambiar su nombre mientras permanece en una casa de baños termales como método para controlarla. Es la forma en que Hayao Miyazaki concebía al ego y su dominio sobre la identidad. Así manifestaba su conocimiento de la condición humana.

Para conocer la naturaleza de Anna, podemos partir del análisis de la frase inicial. Al escuchar que existe algo como un círculo mágico entramos a un campo sobrenatural. Para sentirlo, es necesario creer en él. Entonces cuando Anna observa a Marnie, y cree que es real, se encuentra dentro de un círculo mágico que le ayuda a evolucionar.

Personalmente creo que la metáfora del círculo mágico también puede aplicarse a las películas de este estudio de animación, teniendo en cuenta que la presencia en sus mundos fantásticos modifica la realidad psicológica y física de los personajes que los transitan como si se tratara de un acto de conversión mágica rodeado de poesía visual.

Otro aspecto de humanidad reflejada en la película se puede encontrar cuando escuchamos que Anna menciona la existencia de un interior y un exterior, características principales de un mundo dividido en elementos superficiales y esenciales. Anna observa a un grupo de niños mientras reflexiona. Se los ve jugando alegremente, con rostros despreocupados. Ellos son parte de la superficie, que puede verse a simple vista. La esencia, en cambio, se vuelve accesible con la introspección.

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“Yo estoy fuera”, dice Anna antes de sufrir un ataque de asma. Aquel pensamiento es el reflejo de su alma en busca de amor y significado. | Foto: theverge.com.

La película se encarga de llevar esta práctica hasta las últimas consecuencias mostrándonos a la protagonista interactuando con sus recuerdos, materializados en una joven que se encarga de alumbar su pasado e impulsar su presente imperfecto.

Al menos esta es una idea que se puede interpretar luego de ver la conclusión, cuando por fin entendemos que Anna es la nieta de Marnie. El hecho de saber que su abuela comparte una historia similar hace que sienta acompañamiento e identificación. Y gracias a esto puede superar su conflicto interno y ser feliz dentro del círculo mágico.

Marnie ha sido, sí, una herramienta para la necesaria evolución de Anna. Pero también fue la persona que le enseñó lo que es amar a alguien, porque ¿quién mejor que una madre para hacerlo? Cuando Anna escucha desde su cama la historia de su abuela, en una de las mejores y más emotivas escenas de esta película, percibe el amor sincero.

Como ese sentimiento ha estado presente en su interior durante toda su vida, el viaje que ha hecho desde Sapporo le ha servido para recordarlo y reavivarlo. Era lo que le faltaba para desligarse del sentimiento de odio hacia quienes la dejaron a su suerte.

¿Y qué mejor final que uno en donde el protagonista alcanza una transformación? Tal vez las mejores películas son las que incluyen a personajes que consiguen madurar, conocerse mejor internamente y, a la vez, generan un cambio en el espectador.

Anna es de esos personajes.

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Título original: Omoide no Mānī. Año: 2014. Duración: 103 minutos. País: Japón. Director: Hiromasa Yonebayashi. Banda sonora: Takatsugu Muramatsu

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