“Paraguay es una potencia mundial de marihuana: El pequeño país sudamericano produce el 9% del mercado mundial”, empieza el texto publicado este viernes en washingtonpost.com.
En un reportaje de un enviado especial, realizado desde Curuguaty, Departamento de Canindeyú, el prestigioso medio estadounidense hace un repaso sobre la situación del narcotráfico en el país.
Recuerda el crimen de Jorge Rafaat, a quien califican como “el jefe criminal más prominente"; el mismo fue asesinado por una banda en Pedro Juan Caballero, dejando un imperio de marihuana y cocaína que se está convirtiendo “rápidamente en uno de los más grandes dolores de cabeza de Sudamérica en el narcotráfico”. Incluso, la publicación resalta que la lucha por el control es peor de lo que la Policía Nacional se imaginaba.
Paraguay aparece como el 4º mayor productor de marihuana en el mundo, de acuerdo a la Oficina contra la Droga y el Crimen de las Naciones Unidas (Unodc, por sus siglas en inglés).
La corrupción fue uno de los motivos que permitió el avance tanto de los cultivos de marihuana como de los grupos que se pelean por controlar el negocio, afirma el medio periodístico.
Según la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), menos del 1% de la población paraguaya consume marihuana, lo que la hace más rentable, aunque más riesgoso que la exportación de la soja, que se exporta legalmente. Eso significa que casi toda la producción de marihuana va al mercado negro con destino a países como Uruguay, Chile, Brasil y Argentina.
Otro elemento que colabora con la problemática es la violencia porque los grupos criminales, como el Primer Comando Capital (PCC), prefirieron deshacerse de intermediarios, como Rafaat, y controlar ellos mismos la producción y el mercado.
El propio ministro de la Senad, Hugo David Vera Quintana, declaró a The Washington Post que el organismo cada tanto captura y destruye autos, aviones, así como rutas clandestinas utilizadas para el tráfico de cocaína y marihuana, pero solamente afectan el 25 al 30% del total que se trafica.