El hecho se registró este jueves en Itá Corá, departamento de Ñeembucú, en donde el actuar oportuno y valiente de Larry Brizuela (7) logró que la historia no se incline hacia un lado fatal, pese a que sus padres, que estaban dentro de la vivienda incinerada, hayan sufrido algunas quemaduras en el intento de fuga.
Lo perdieron todo y, en estos momentos, de aquella vivienda que los vio crecer solo queda una fina silueta que muestra la precariedad de su estructura.
La familia afectada está siendo asistida en un centro de salud cercano, en la espera de que el Gobierno le entregue una casa nueva ya que figura en la lista de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat) en espera, como tantas otras personas, de recibir finalmente una vivienda “más cómoda” o que por lo menos sea de material.
SOLIDARIDAD. Como nada quedó de aquel hogar, los pobladores de la zona, destacando el accionar del niño de 7 años, se solidarizaron con la familia y desde ayer les hacen llegar algunos muebles usados, colchones y ciertos alimentos para que la espera al Gobierno no sea “tan dura”.
Los dos pequeños que se salvaron de las llamas son hijos de Margarita Romero (35) y Alejandro Brizuela (41), informó el periodista de ÚH, Juan José Brull.
Los dos adultos trataron de rescatar sus enseres y a causa de esto sufrieron graves quemaduras. El fuego se habría originado por un cortocircuito eléctrico y los vecinos fueron quienes alertaron a la Policía.