AFP
BRASILIA - BRASIL
Lula y Moro, cara a cara. El político brasileño más trascendente de la historia reciente y el juez que encarna la cruzada anticorrupción se verán por primera vez mañana, en un duelo clave para el futuro inmediato del gigante sudamericano.
En la sureña Curitiba, “capital de la Operación Lava Jato”, el juez de primera instancia Sergio Moro interrogará al ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), para determinar si recibió un lujoso apartamento de la constructora OAS, enlodada en la red de sobornos de Petrobras, como retribución de favores ilegales.
La comparecencia se verá rodeada de fuertes medidas de seguridad, dado que tanto partidarios como adversarios de Lula se dieron cita en las calles de esta prolija y rica ciudad.
La Fiscalía acusa a Lula de haber recibido 3,7 millones de reales (1,16 millones de dólares al cambio actual) de OAS, incluyendo un tríplex en el balneario de Guarujá (São Paulo) y el costeo del almacenamiento de sus bienes personales y de su acervo presidencial entre 2011 y 2016.
La sentencia será leída entre 45 y 60 días después, según estimaron en el famoso juzgado número 13, que comanda Moro. Si es condenado, y el fallo ratificado en segunda instancia, Lula deberá bajarse de la elección presidencial de 2018, que lidera holgadamente según todos los sondeos, pese a figurar también entre los políticos con mayor índice de rechazo.
Un duelo con historia. El caso es apenas una de las cinco acciones penales que enfrenta, la mayoría de ellas por corrupción, algunas durante sus años en el Palacio de Planalto. Para Sylvio Costa, director del portal político Congresso em Foco, no hay dudas sobre el desenlace: “Lula va a ser condenado. Moro lo va a condenar, todos los indicios van en ese sentido. El juez Sergio Moro ya lo condenó y en algún momento va a formalizarlo en una sentencia”.
"¿Será suficiente para impedir su candidatura?”, se preguntó. El enfrentamiento entre el joven juez de 44 años y el veterano político de 71 estalló en marzo de 2016, cuando la Policía golpeó la puerta de la residencia de Lula durante la madrugada. Las calles aledañas fueron bloqueadas por un fuerte operativo repleto de uniformes camuflados, vehículos y armas largas. Lula fue llevado coercitivamente a declarar y ese mismo mes la corte suprema bloqueó su nombramiento como jefe de Gabinete de Dilma Rousseff (2011-2016).