10 may. 2024

El alma, ¿reside en el cerebro?

Así la vimos.... La vigilante del futuro

Foto: UH Edicion Impresa

Foto: UH Edicion Impresa

Sergio Cáceres Mercado

sergio209@lycos.com

Desde aquel clásico cuento de Asimov, El hombre bicentenario, las implicancias que tendrían la alta tecnología y la cibernética en el cuerpo humano han formado parte de las reflexiones de la ciencia ficción y literatura derivadas, como es el caso del manga que inspira esta película.

El caso específico que nos convoca es la identidad que una “persona” posee cuando solamente su cerebro es biológico, mientras todo el resto de su humanidad está hecho de implantes artificiales. El alma, ¿reside en el cerebro, como alguna vez pareció sugerirlo Descartes?

Pero esta reflexión apenas está sugerida en la película y no es tan explícita como fue el caso de Chappie (dirigida por Neill Blomkamp), donde también una idea similar se trató a profundidad. En realidad, el guion se enfoca en el suspenso policial y la investigación que sobre su propia identidad realiza la Mayor, protagonizada por Scarlett Johansson. Como en muchas producciones actuales, hay muchas tomas y escenas efectistas, que lógicamente dejan en segundo plano la esencia del filme en sí.

Scarlett es aprovechada al máximo, y ella toma su papel seriamente. Su postura corporal no es la de una humana completa, sino la de un ciborg que no puede caminar ni pararse como lo hacen sus pares. Al ser la Mayor única en su género, resalta por encima de sus compañeros que forman parte de la unidad de investigación liderada por Aramaki, en cuyo rol tenemos nada menos que a Takeshi Kitano, una leyenda del cine japonés. Su aparición no puede equipararse a la de Johansson, pero ciertamente le da peso y conexión con la cultura japonesa de donde proviene la historia original.

Y a pesar de los nombres de peso que vemos en los roles principales, y la ambientación ya clásica en las producciones ciberpunk, la película queda por debajo de las expectativas. El futuro que nos presentan es similar a lo que el género viene presentando desde Blade Runner, y está muy bien logrado, por cierto. Pero así como hay tantos elementos en esa sociedad de máximo consumo y poshumanidad que confunden al viandante, también el espectador se pierde en ese mar de distracciones visuales. Si se concretan futuras entregas, esperemos que se superen y estén a la altura de un clásico de la literatura como lo fue el manga de Masamune Shirow.

Calificación: *** (buena)

Más contenido de esta sección
Demasiados episodios grotescos en una semana como para no dedicarles unas líneas.
Tras las impactantes revelaciones que se obtuvieron con la operación Dakovo, que logró exponer tan explícitamente los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas, sobrevino una situación por de más escandalosa: la implicación de altos militares en actividades criminales. Esta fue sin dudas una dolorosa comprobación del elevado nivel de infiltración del poder mafioso dentro de las instituciones del Estado paraguayo. Además de ser profundamente vergonzoso, esto implica un ataque a la democracia.
El Congreso Nacional rompió récord esta semana con el proyecto de la ley de superintendencia; los senadores tardaron 15 minutos para aprobar; los diputados 11 minutos. En una convulsionada jornada, los diputados también aprobaron ley que suaviza penas para corruptos y los senadores salvaron al cartista Hernán Rivas, acusado de tener un título falso de abogado. Y como les quedó tiempo, también mutilaron la ley de puerta giratoria. Este es el espantoso combo navideño que el Parlamento le ofrece al pueblo paraguayo.
Los impactantes resultados de la operación Dakovo lograron exponer en forma explícita los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas. En nuestro país, logró la detención de más de una decena de personas involucradas en un esquema de tráfico internacional de armas y una nota gravísima, entre los detenidos están un militar de alto rango así como ex funcionarios de la Dimabel. Es muy preocupante la manera en que la mafia y el crimen organizado están socavando nuestra soberanía y nuestra democracia.
No fabricamos armas, pero las comercializamos en cantidad industrial. No producimos cocaína, pero el país es depósito, ruta y puerto de embarque de cantidades industriales que llegan a los principales mercados del mundo.
Eduardo Nakayama abandona el PLRA. Solo y apresuradamente, dicen. Quién sabe. Explica que no ve ninguna posibilidad de que su partido pueda desprenderse de la infiltración cartista. Desde adentro ya no hay nada que hacer, sostiene.