El grito desesperado de Diego Barboza, quien se encontraba en su domicilio al otro lado de la calle, era “Dejá nomás César”, al ver cómo su vecino ponía en peligro su vida al intentar salvar los vehículos estacionados sobre la vereda de su casa.
Cuatro años pasaron de aquel suceso y el principal protagonista lo recuerda dando gracias a Dios por permitirle vivir y por las personas de buen corazón que lo ayudaron para reparar los daños de los dos vehículos de sus clientes que fueron arrastrados por el raudal.
El taller mecánico se encuentra ubicado en el barrio Santo Domingo de la ciudad de Lambaré, donde en marzo de este año finalizaron los trabajos de entubamiento y la última lluvia ya no les afectó, al menos en ese lugar específico, ya que a pocas cuadras cayeron dos vehículos a un barranco, comenta César en comunicación con UH.COM.
Un año después de aquel suceso que marcó la vida de este trabajador y la de su familia, en la misma zona y también en medio de una tormenta una menor de edad perdió la vida y los daños materiales que sufren los pobladores no cesan.
“Espero que se haga un esfuerzo desde la Municipalidad para que se siga entubando, ya perdimos vidas y muchas cosas materiales; también es importante que la ciudadanía deje de tirar su basura a los cauces”, expresó el hombre.
Este martes 29, César y su familia se reunirán como cada año para elevar a Dios una oración en agradecimiento por la vida. “En el 2012, luego de aquella tormenta volví a nacer y mi vida cambió”, agregó.
La tormenta que se desató este domingo nuevamente trajo a la memoria de César aquellos recuerdos, el momento difícil que pasó en medio de la desesperación cuando veía que los vehículos de sus clientes eran arrastrados por el agua; más aún cuando a través de las redes sociales observaba los estragos que causó la lluvia en su ciudad.