Tras el ensayo el 4 de julio por parte del régimen de Kim Jong-un de un primer misil intercontinental viable, capaz de alcanzar EEUU, el presidente Donald Trump, aseguró que están preparados para “cosas bastante severas”. No obstante, el jefe del Pentágono, Jim Mattis, matizó que el avance tecnológico norcoreano, que les permitiría ser una potencia atómica si consiguen una ojiva nuclear lo suficientemente pequeña, no los aproxima a la guerra y la vía diplomática es la primordial. Mattis, conocedor de la compleja relación con Corea del Norte, país aliado de China y experto en llevar la tensión al máximo para conseguir réditos negociadores, ya dijo en el pasado que una guerra con Pyongyang sería más catastrófica, que la Guerra de Corea (1950-53), que arrasó la Península de Corea antes de dividirla en 2. El mayor miedo para EEUU ante una posible escalada bélica con Corea del Norte no son sus misiles de largo alcance, sino toneladas de obuses en el lado norte de la Zona Desmilitarizada (DMZ) que podrían provocar una tragedia en Seúl. efe