La crecida del río Paraguay y la instalación de refugios oficiales y campamentos informales de damnificados en puntos como Tacumbú, Roberto L. Petit, Republicano, Obrero, entre otros, derivó en el incremento del 40% en consultas de urgencias del Hospital Barrio Obrero, según informó ayer su director, doctor Julio Rolón.
El profesional sostuvo que de una atención habitual, en ausencia de un estado de epidemia, la cifra llega a los 150 pacientes en cada jornada y a veces alcanza incluso los 210 aproximadamente.
Resaltó que en la mayoría de los casos, las consultas se refieren a afecciones respiratorias que por sobre todas las cosas atacan a gente de la tercera edad o a menores de edad.
El directivo médico precisó que a pesar de ese aumento, los servicios del nosocomio no se ven rebasados ni colapsados, ya que entre diciembre del 2012 y abril del 2013, cuando se produjo el pico de casos de dengue, se instaló una capacidad de hasta 600 atenciones por día, la que se mantiene hasta la fecha.
“El nivel de colapso se podría dar si llegamos a las 400 consultas por día. Pero estamos a poco más de la mitad de ese número”, sostuvo el doctor Rolón.
Dijo que, a su criterio, la situación de precariedad y la condición de hacinamiento en la que viven los evacuados por la inundación es la responsable de este mal que afecta a estas personas, donde se suma el clima inestable que caracteriza a esta época del año.
Finalmente, apuntó que la atención es gratuita, al igual que los medicamentos que reciben toda vez que se cuente con los mismos.
PANORAMA. Tanto a lo largo de 21ª Proyectada y en la zona de Santa Ana, vecinos y damnificados cuestionaron el desabastecimiento de remedios en que se encuentran las clínicas periféricas y dispensarios médicos existentes en los barrios capitalinos.
Zunilda Martínez, quien ocupa con su precaria casa de terciada y chapas una acera en 34 Proyectada casi Antequera, señaló que “la clínica Santa Ana se cierra luego del mediodía y después ya no nos queda nada. No tiene luego medicamentos para dar”.
Sentenció que “aquí está prohibido enfermarse por la noche. Cómo vamos a salir de aquí de Santa Ana para ir al Hospital Barrio Obrero, si tampoco contamos en ese horario con servicio de transporte público. Nos asaltan seguro. Es grave lo que nos pasa”.
En la víspera, la altura del río Paraguay volvió a descender 4 centímetros y se colocó en 7,22 metros en el Puerto de Asunción. Su pico máximo fue de 7,38 metros hace unos 15 días atrás.
En las zonas ribereñas empiezan a palpitar el retorno a sus casas anegadas, lo cual sin embargo, no se daría tan rápidamente, de acuerdo a lo señalado por el gerente de Navegación e Hidrografía de Puertos, ingeniero José Luis Ávila, ya que la bajante será muy lenta.