Los protagonistas de esta historia son Aramí (niña) y Amaru (niño), los muñecos de tela que cuentan con un dispositivo de sonido en las zonas íntimas. Al ser presionados, los mismos reproducen frases como “No me toques ahí", “Si me hacés naná le voy a contar a mi mamá", de modo que estas acciones queden grabadas en los más chiquitos.
Como muñecos interactivos, buscan utilizar la educación como base para llegar a los pequeños, para que estos reconozcan cuáles son sus derechos y los límites que se deben tener con el cuerpo.
En esta primera edición de la campaña se fabricaron 500 muñecos, con audios en castellano y en guaraní, que fueron repartidos en varias escuelas de todo el país.
Pero el objetivo de los organizadores es que se fabriquen más muñecos de Aramí y Aramu para que lleguen a más niños. Para esto solicitan sumarse a la iniciativa a más empresas y organizaciones.
El lanzamiento se realizó el pasado 16 de agosto, Día del Niño. La historia fue elaborada por el Ministerio de Educación y el Laboratorio Díaz Gill, ideada por la agencia publicitaria Kausa, con el apoyo de Amnistía Internacional y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
Los muñecos también fueron entregados a numerosos referentes de ámbito nacional (conductores de televisión, periodistas, artistas y otros actores destacados), que apoyan la campaña a través del hashtag #MuñecosAntiAbuso en las redes sociales y con la difusión del mensaje principal “La Infancia es un derecho que no se toca”.
En Paraguay se registran al año alrededor de 700 casos de niñas víctimas de abuso sexual que quedan embarazadas. También existe otro gran número de niñas violadas que no quedaron embarazadas y varones en la misma situación. Muchos de estos casos ni siquiera son denunciados.