Buscaban tierra. Formaban una comisión vecinal y estaban en tratos con el Indert. Hace cinco años, once de sus compañeros fueron asesinados por balas de fuerte calibre de la GEO y la FOPE. Nunca se investigó este hecho. Murieron seis policías, y a ocho campesinos y a cuatro campesinas los acusaron de sus muertes. El juicio fue una farsa. La ONU y la OEA pidieron más veracidad. Pero los condenaron.
Transcribimos la carta que Luis, Néstor, Arnaldo y Rubén escribieron desde Tacumbú a todos nosotros.
“Campesino sin tierra no es campesino. A cinco años de la masacre de Curuguaty queremos decir:
Por un pedazo de tierra para dar de comer a nuestras familias y tener educación y salud, recuperamos Marina Cué para hacer un asentamiento modelo con chacras en común con porotos, mandioca, maíz y maní sin agrotóxicos, huerta común y árboles frutales.
El 15 de junio del 2012, el allanamiento fiscal policial que asesinó a 11 personas, no mataron nuestros sueños que se mantienen vivos, gracias a las organizaciones sociales, políticas, Iglesia y personas que nos apoyan.
Frente a la gran injusticia que ocurrió hace cinco años en Marina Cué, es necesario mantener una unidad con un ñemongeta con nosotros los presos políticos. Queremos que ustedes sean nuestros voceros para que todo el mundo sepa lo que sentimos y queremos para nosotros y nuestras familias.
Tenemos que tener unidad porque nuestro objetivo de tierra, justicia y libertad solo lo podemos conseguir con un ñemongeta, recordando siempre a nuestros muertos en la lucha: Adolfo Castro, Fermín Paredes, Luis Paredes, Arnaldo Ruiz Díaz, Luciano Ortega, Avelino Espínola, Andrés Riveros, De los Santos Agüero, Ricardo Frutos, Delfín Duarte, Francisco Ayala y Vidal Vega”.
Y firman la carta, Néstor, Luis, Rubén y Arnaldo.