La colombiana estuvo en cautiverio durante seis años y medio, intentó escapar 10 veces, de las cuales cinco estuvo fuera del campamento de la guerrilla, tres llegó a alejarse bastante en medio de la selva y en una ocasión estuvo cerca de lograr la libertad.
Vive en Inglaterra, pero actualmente se encuentra en Estados Unidos. En comunicación con Radio Monumental comparte algunas reflexiones tras su experiencia.
En este proceso de justicia transicional pactada recientemente en La Habana, cada miembro de las FARC deberá dar cuentas de su participación en la guerrilla. En este marco recomienda que Paraguay solicite información a los comandantes para saber si realmente adiestraron a los miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) dentro del negocio del secuestro.
Mencionó que con los datos se puede enfrentar el problema que enfrente el país con el EPP.
A los familiares de los secuestrados, Edelio Morínigo y Abrahán Fehr aconseja “nunca perder la esperanza y la fe”, tampoco la oportunidad de enviar mensajes, ya que “la voz de amor es muy importante” para las personas en cautiverio. En su caso, llegó a recibir una carta de su madre, que guardó por varios años hasta que se la sacaron como castigo tras un intento de fuga.
Según la fiscala Sandra Quiñónez, se habían relacionado ambos grupos, tras encontrar datos en la computadora del guerrillero Raúl Reyes.
El secuestro, la peor forma de deshumanización
Betancourt estuvo privada de su libertad en un campamento en medio de la selva. Las incomodidades, sumadas a las picaduras de insectos ponzoñosos y el temor del ataque de animales silvestres “en nada se compara con el daño que nos hizo la deshumanización de las personas que nos tenían en cautiverio”, pues la humillación, la vejación y violencia eran constantes. “Es como estar en el infierno”, recordó.
En este círculo, son víctimas de esa deshumanización, tanto los secuestrados como los guardias; varios de ellos llegaron a escapar por no soportar tanta violencia.
Si bien la depresión se agudizaba cada vez que era recapturada tras sus intentos de fuga, su motivación eran sus hijos: “Volverme a tomar el derecho de ser madre”, expresó.
“Llegar a la libertad fue llegar a un mundo que no conocía”, relató sobre el logro del 2008, pues durante su cautiverio, su familia quedó desmembrada. Sus hijos se volvieron adultos, su esposo rehízo su vida y su padre falleció. Tampoco pudo volver a su trabajo, pues consideraba que no estaba preparada psicológicamente para enfrentarse a la arena política.
Sin embargo, lo más importante para ella es tratar de perdonar, establecer relaciones constructivas con las personas que uno ama y volver a crecer como ser humano.
Celebra el proceso de paz que se vive en Colombia, porque representa una esperanza para que sus hijos y futuras generaciones puedan recorrer el país con tranquilidad después de 100 años de conflicto. “Pienso que el acuerdo al que se llegó en La Habana, no es de fachada, que realmente implica un compromiso real de estos jefes; ahora, la razón por la cual están haciendo es porque fueron derrotados por el ejército colombiano”, indicó.
La muerte de varios líderes, entre ellos Raúl Reyes y Víctor Julio Suárez, alias el Mono Jojo representó un golpe para los guerrilleros y considera que ahora se abren a las negociaciones para evitar que su estructura quiebre completamente.
Pero advierte que también se debe erradicar la corrupción en su país, pues para ella sería muy triste que las personas que lucharon contra las FARC se vean involucradas en ese sistema. “Endémicamente en Colombia la corrupción debe ser derrotada”, expresó.
Según su análisis, las negociaciones para llegar a un acuerdo entre el grupo guerrillero y el Gobierno implican que haya discusiones internas en varios niveles de las fuerzas revolucionarias, desde los líderes hasta el guerrillero raso, esto representa para ella un ejercicio preliminar de democracia entre los miembros.