EFE
“Una obra maestra”, “un fresco humano” o “un elaborado conjunto retórico de increíble densidad” son algunos de los calificativos recibidos por el filme de Ceylan, que se ha situado en el último momento como uno de los favoritos a la Palma de Oro.
Un premio que ya recibió el realizador turco en 2014 por Winter Sleep. “Cuando haces una película, lo único que no cuenta es lo que está fuera de tu propia voluntad”, dijo Ceylan en rueda de prensa al ser preguntado por la posibilidad de ganar de nuevo este galardón.
Su objetivo con este filme era contar la historia de un joven que tras acabar sus estudios universitarios vuelve a su pequeño pueblo natal y se siente impulsado a un destino que no quiere.
Rodada en una región que conoce bien, Anatolia, Ceylan reconoció que “el lugar del rodaje influye en el guion y en el proceso de pensamiento durante la producción del filme, tanto en el rodaje como en el montaje”.
Porque el escenario es un elemento esencial para la historia, un condicionante para la vida de Sinan, el protagonista, pero también todas las personas que le rodean.
Más de tres horas de metraje para una película sobre la juventud, con el habitual ritmo lento y atención a los pequeños detalles del cine de Ceylan.
Un filme que cierra una competición que abrió Todos lo saben, una producción española del iraní Asghar Farhadi, y que componen 21 largometrajes que esta noche conocerán el palmarés decidido por un jurado presidido por Cate Blanchett.