El presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Velázquez, convocó para mañana a sesión, la última de su mandato, de modo a que se pueda tratar los puntos que están pendientes desde hace semanas en la plenaria.
Los colorados cartistas reiteraron que no hay modo de llevar a cabo las sesiones si sigue el “autoritarismo” del presidente saliente de la Cámara, quien impide que las actas de sesiones extraordinarias llevadas adelante por la mayoría sean consideradas por el pleno.
El interés del oficialismo es que se legitimen los actos llevados adelante por el oficialismo que aprovechándose de la mayoría coyuntural, y fuera del reglamento, concretó los cambios de la mesa directiva y de los representantes de la cámara ante el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, que generó una profunda división en el pleno.
La posición del diputado Pablino Rodríguez es que Velázquez respete la mayoría que se conformó en la cámara y realizó los cambios.
En este escenario, es probable que ni los legisladores oficialistas ni los de la oposición se pongan de acuerdo y nuevamente se frustre una sesión convocada por el presidente Velázquez, para tratar el desbloqueo de listas y el financiamiento.
Para destrabar ese conflicto solo hace falta que la mayoría que conforman cartistas, llanista y un luguista (suman 44) tengan voluntad de sesionar.
Dilatan. El desbloqueo de listas es un anhelo ciudadano para asegurar que por fin se pueda votar por el candidato de preferencia y no solo por la lista, que beneficia al bipartidismo. El financiamiento solo sufriría modificaciones en articulados.
“Hay que ponerle un punto final a esto. Sentarnos y priorizar lo que el pueblo necesita”, dijo ayer el diputado liberal Dionisio Amarilla.
Escenario. La oposición ya dijo que no dejará que en sesión ordinaria los “golpistas” aprueben actas donde supuestamente se atropelló la Constitución. No obstante, cederían la presidencia para una extraordinaria si esa mayoría quiere avalar su golpe.
