Lo más grave del suceso es que el funcionario involucrado confesó haber sido contratado “por un alto mando de la Caja” para ocasionar el incendio y ahora se expone, en principio, a una imputación por producción de riesgos comunes.
El 16 de mayo pasado, en horas de la noche, los jubilados apostados frente a la Caja Jubilatoria reportaron la salida de humo de sus instalaciones. El fuego afectó la documentación guardada en las oficinas de Administración Financiera, Archivo y Talento Humano.
En horas de la mañana de ayer, la fiscala Laura Giacummo, lideró un operativo en una vivienda del barrio Santísima Trinidad de la capital. Se trataba de la casa de Keissel, quien inmediatamente quedó detenido y de donde se incautaron la ropa de color negro que habría utilizado al momento de provocar el incendio.
La representante del Ministerio Público confirmó que el hombre confesó haber sido contratado para realizar el hecho y ayer iba a recibir el pago a cambio. Keissel quedó en evidencia porque una de las cámaras capta su rostro con claridad antes de ser apagada por él mismo.
El fuego se produjo en un momento en que la Contraloría General impulsa una auditoría sobre las financias de esta entidad y los manejos poco claros de las diversas directivas en la concesión de abultados créditos que no fueron devueltos. Los jubilados temen que se hayan perdido documentos vitales que comprueben estas irregulares entrega de préstamos.
Incluso, la diputada por Patria Querida, Rocío Vallejos, informó que ayer venció el plazo para que la Contraloría responda al pedido de informes sobre los nombres de personas o empresas que fueron beneficiados con dichos créditos, pero esta entidad se muestra hermética al respecto.