Como consecuencia de haber estado varios años ligada a un corazón artificial, la niña no puede mover sus piernas y se maneja en silla de ruedas. Para volver a caminar, hace fisioterapia tres veces por semana.
“Un día que no podemos olvidar, prácticamente ella volvió a nacer”, dijo Virginia Aguilar, madre de la niña, a Telefuturo.
Este jueves se cumple un año del trasplante cardiaco que dio a Jennifer una nueva oportunidad de vida, y su evolución es bastante positiva.
La madre comentó que la niña goza de buena salud, acude a la escuela y lleva una vida con cuidados, pero no distinta a la de cualquier otro de su edad.
Señaló que le gusta mucho ir a la escuela, donde esta mañana sus compañeros y profesores la agasajaron con bocaditos.
Las materias favoritas de Jennifer son Castellano, Guaraní y Matemáticas, pero le gusta tener curiosidad por lo nuevo. “Me gusta mucho aprender”, dijo con una alegre sonrisa.
Tras la operación, Jennifer estuvo ocho meses internada en el Hospital Pediátrico Acosta Ñu. Necesitaba el trasplante de corazón porque sufría de una miocardiopatía restrictiva en fase terminal.
Actualmente, su único sueño es volver a caminar rápidamente, lo que se dará con mucho acompañamiento y paciencia.