Que la música de los cuatro de Liverpool marcó un antes y un después en la historia contemporánea es algo innegable.
También es innegable la importancia de Lennon en el engranaje de aquella banda que pasó de tocar en tugurios alemanes a llenar estadios y vender millones de discos.
Si bien las composiciones en conjunto con sus compañeros de grupo eran consideradas obras maestras, la separación de los Beatles y su controvertida relación sentimental con la artista plástica japonesa Yoko Ono marcan un punto de inflexión no solo en la carrera sino en la vida de John Lennon.
Allende a lo puramente musical, la vida de John no estuvo exenta de polémica: Dotado de un ácido sarcasmo y un fino sentido del humor, míster Lennon daba de comer a periodistas de la época con explosivas declaraciones e incomodaba a la realeza británica.
Posteriormente pasó a convertirse en un ícono de la lucha por la paz mundial y también llegó a incomodar a las autoridades estadounidenses una vez radicado en ese país.
Justo el día en que había señalado en una entrevista que trabajaría hasta el día de su muerte, un personaje llamado Mark Chapman lo mató de cinco disparos cuando el músico se retiraba del hotel Dakota de la ciudad de Nueva York. Irónicamente, previo al asesinato, John Lennon había firmado un autógrafo a Chapman.
Muchas cosas han pasado en tres décadas y media en este convulsionado mundo, pero no mucho ha cambiado: Las canciones de John Winston siguen sonando actuales en un escenario de guerra y crisis humanitaria.
Y hoy muchos “soñadores” se reúnen para seguir alimentando su espíritu con esa música que suena al mismo tiempo en discos de vinilo y celulares inteligentes.