Juan José Brull
Gran parte del Departamento de Ñeembucú fue escenario de cruentas batallas, en la Guerra contra la Triple Alianza, o Guerra Guasu, donde durante tres largos años el pueblo paraguayo logró frenar el avance de los aliados.
Paso de Patria, Boquerón del Sauce, Estero Bellaco, Tuyutí, Curupayty, Humaitá, Boquerón y San Fernando son sitios que marcan la gran epopeya de nuestra patria; y uno de los hijos de este primero, Vicente García, rescata la historia desde muy joven. Él se interesó por rescatar los relatos de los antiguos pobladores del sur de Ñeembucú y por preservar las reliquias que quedaron en los suelos del duodécimo departamento, históricos sitios donde hasta la década del 40 se podía observar restos del material bélico que quedaron como testigo de esta guerra. Con la finalidad de enriquecer museos públicos o privados, sostenidos más con solidaridad ciudadana que con recursos públicos, Vicente es conocido como un buscador de tesoros y reliquias de la guerra, historiador aficionado y museólogo empírico. Fiebre Pasada la revolución del 47 se desarrolló una fiebre de compra de hierro en la zona; barcazas atracaron en el puerto de Humaitá para llevar toneladas de recuerdos de la guerra, como balas, cañones y otros elementos fueron a la fundición, para transformarse en planchas y ollas. Vicente comenta con tristeza este hecho que provocó un gran despojo de nuestra memoria histórica; “esto me motivó a recorrer los lugares sagrados de este lugar, mi intención es tratar de que esto no suceda nunca más. Solo al principio, y luego con mi esposa e hijos nos embarcamos en una cruzada de rescatar lo objetos de la guerra guasu”, menciona el gestor. Desde allí empezaron a entrar en los sitios de batallas “principalmente en Tuyutí, que fue escenario de 2 batallas y campamentos de los aliados por 2 años”, menciona al agregar que también se interesó por investigar especialmente lo ocurrido en zona conocida como la campaña de Humaitá. “Aquí seguimos haciendo las cosas a puro pulmón y esfuerzo, con la colaboración de algunas autoridades nacionales, locales y de la propia gente del lugar”, destaca García, quien es director del Museo Histórico de Paso de Patria, que funciona en el ex cuartel del Mariscal Francisco Solano López en dicha localidad. García fue el principal impulsor de la marcha patriótica de 6 kilómetros desde la plaza de Paso de Patria hasta el monumento a los caídos en la batalla de Tuyutí. Escenario El Museo de Paso de Patria es una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga y expone el patrimonio histórico, donde el visitante puede observar reliquias que quedaron. Pertenece a la Municipalidad del lugar todo el acervo que se debe a la tesonera labor de Vicente, que logró rescatar valiosos objetos que grafican lo que dejó la guerra. “Se inauguró el museo en 2004 y allí fui invitado por el intendente de esa época, Marcos Ibarrola”, rememora. “El Museo Municipal a mi cargo es uno de los sitios más importante y valorados en todo el país, no precisamente por su acervo sino por el interés que le damos a conocer la historia, aparte los actos patrióticos que desarrollamos en los sitios históricos”. Ubicación La histórica población de Paso de Patria está ubicada al sur del Departamento del Ñeembucú, a 60 kilómetros de Pilar, por camino de tierra. En este distrito el visitante puede observar testimonios tangibles que quedan en el lugar como valiosos recuerdos del conflicto armado que involucró a Argentina, Brasil y Uruguay, en contra del Paraguay. La obra de estilo colonial se componía de tres salones muy amplios, sus aberturas eran de madera maciza con artísticos tallados y tenía corredores frontales y posteriores. La reliquia histórica más apreciada por los lugareños era la vieja comandancia del Mariscal Francisco Solano López, que se mantuvo en pie hasta 1983. Ese año, una gran inundación que afectó a todo el Ñeembucú hizo que la construcción de adobe se desplomara. El lugar fue reconstruido en el mismo lugar con materiales originales recuperados y el caserón se rehabilitó el 1 de marzo de 2004; y es la actual sede del Museo Histórico. Allí se encuentran muchas piezas de caballería, artillería, fusilería, de todos los ejércitos. Casi no se puede identificar a qué bando pertenecían, excepto las que tienen sus escudos o algunos distintivos”, comenta Vicente García, el encargado del Museo Histórico.