Un hombre de 54 años, que se dedicaba a la venta ambulante de churros, perdió sus dos testículos tras recibir disparos de balines de goma, presuntamente, por parte de la Policía Nacional.
Esto ocurrió durante los enfrentamientos registrado entre agentes policiales y manifestantes el miércoles en inmediaciones del Congreso Nacional.
El doctor Agustín Saldívar, director del Hospital de Trauma, indicó a Última Hora que el hombre herido sigue hospitalizado en urgencias, donde fue sometido a una cirugía en la víspera. Todavía debe ser asistido por una fractura expuesta de tibia y peroné en la pierna derecha.
Al paciente ya se le extirpó los dos testículos a causa de una grave lesión por perdigones, que son los balines de goma, y que además sufrió contusiones en el cuero cabelludo.
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“Se le tiene que resolver la fractura expuesta por un lado y por el otro, queda seguir con las curaciones que se deben hacer en la zona de la herida desgarrada. Una vez recuperado de eso vamos a tener que ver que se opere de su pierna”, acotó.
El doctor afirmó que el vendedor ambulante además deberá someterse a un costoso tratamiento de por vida con hormonas varoniles.
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“Yo estuve hablando justamente con el doctor Tomás Ortellado, quien es el (urólogo) que le operó, porque normalmente en los cánceres de próstata con metástasis se suele hacer la orquiectomía quirúrgica en los pacientes para evitar que crezcan los tumores y cuando uno quita eso, se tiene que dar de por vida esto”, sostuvo.
“Se trata de más de G. 300.000 por mes, me dijo el doctor Tomás Ortellado”, continuó mencionando el director de Trauma.
Para Agustín Saldívar habría que revisarse si hay videos o algún testimonio de los daños que sufrió el vendedor ambulante de modo que se pueda reparar el daño causado al ciudadano, que vive del día a día.
No hay responsable hasta el momento
El médico afirmó que si no se encuentra al responsable de los disparos en último caso, el Estado debería hacerse cargo de la reparación por los daños colaterales.
“Yo sé bien que estos actos cuestan mucho, es imposible de sostenerlos vendiendo churros como él estaba haciendo. Dentro del rebusque de recaudar honestamente se arriesgó a ir a una manifestación donde vio potenciales clientes en masa y recibió esto”, lamentó.
Otra mujer identificada como Carmen Elisabeth Lugo, de 22 años, también vendedora ambulante, ingresó el miércoles al centro asistencial tras sufrir un corte en el cuero cabelludo. La misma fue dada de alta en el día por no presentar signos de alarma.