La mujer contó que montó una verdulería en el Mercado Municipal Nº 1 de Villarrica para obtener ganancias y así pagar la universidad de sus hijos, recordando el caso de su hijo Alexis Emanuel Vázquez Roa (28), quien actualmente cursa la carrera de Kinesiología y Fisioterapia en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción Campus Guairá.
Mencionó que ella incluso trabajó por Asunción para seguir ayudando a sus hijos hasta que tuvo un accidente que la obligó volver a Villarrica. “Alquilé un salón en el mercado para trabajar en mi verdulería. Volví y estoy con todo para que mis hijos terminen sus carreras universitarias”, señaló la mujer.
Indicó que sus hijos Sandra, Alexis, David y Alejandro son su mayor adoración y que está dispuesta a hacer lo que sea por verlos felices.
FE INQUEBRANTABLE. Doña Clelia es una madre sacrificada que vio crecer a sus hijos en medio de muchas necesidades e injusticias; sin embargo, nunca perdió la fe ni las esperanzas en que todo pudiera mejorar. “Dios aprieta pero no ahorca”, con esa frase la mujer todos los días se despierta y se arrodilla para entregar todo a Dios. “Él sabe todo lo que necesito, por eso no le pido nada. Luego abro mi local para recibir a la gente con alegría y optimismo”, refirió la mujer.
Por su parte, indicó que su mayor sueño es ver a sus hijos siendo grandes profesionales y que le demuestren el mismo cariño y amor que ella les entregó. “Quiero que sean bien formados y sigan siendo buena gente. Es cuestión de tener mente positiva para conseguir trabajo. Dios provee bastante. Hay que apoyar a nuestros hijos para que salgan adelante”, acotó la mujer.
UN HIJO AGRADECIDO. Alexis Emanuel Vázquez Roa (28), hijo de doña Clelia y Diógenes Vázquez, justo se encontraba en el puesto de verdulería cuando el equipo de Última Hora llegó al lugar, y señaló que le debe mucho a su madre por lo que hoy en día está logrando, que es estudiar la carrera de Kinesiología y Fisioterapia.
Contó que decidió estudiar debido a la necesidad de superarse como persona y para poder ayudar a su familia. Durante su adolescencia comenzó a trabajar siendo mozo, delivery, además limpiando la casa por la noche y en el mercado. “Siempre trabajamos para otras personas, pero decidimos montar una frutería y verdulería en el mercado. A la gente le gusta una buena atención, la calidez”, refirió el joven.
Comentó que se decidió por Kinesiología porque le gusta la rehabilitación de los pacientes postraumáticos o con problemas neurológicos, entre otros, más aún luego de la pandemia del Covid-19, añadiendo que le da mucha satisfacción los resultados que se obtienen a través de dicha profesión, humanamente hablando.
Sobre las cuotas para la universidad, indicó que la mayoría de los estudiantes tienen problemas para ponerse al día. “A veces vemos de quién prestar o acudimos a un banco o cooperativa. Lo que más le complica al estudiante para acceder a las becas universitarias son los promedios que se establecen desde el Estado. Ya que algunos alumnos, debido a sus trabajos, no alcanzan buenos promedios porque se pasan trabajando para pagar sus estudios”, añadió.
Sobre su gran sueño, dijo que le encantaría terminar su carrera y ayudar a su familia completa, además de sus hijos de 8 años y de 1 año 5 meses, quienes son su inspiración diaria. “Les amo a mis padres y gracias a ellos cumplimos nuestros sueños. Espero terminar pronto la facultad para darles un poco de lo que ellos me dieron para cumplir este sueño”, finalizó.
Con fe y muchas ganas, Clelia Roa trabaja incansablemente para sacar adelante a su familia.