El Gobierno de Uruguay, al mando del presidente Yamandú Orsi, se encuentra evaluando la implementación de un impuesto a la rentabilidad de los depósitos e inversiones en el extranjero, que son realizados por sus residentes.
Esto podría incluirse en la próxima ley de Presupuesto, informó el portal de noticias argentino Infobae.
La propuesta podría impactar sobre un capital estimado en USD 62.000 millones, según Los datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
La modificación busca ampliar el actual alcance del Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF), que desde la reforma tributaria de 2007 no grava las ganancias de capital generadas fuera del país por residentes uruguayos.
Actualmente, solo los intereses provenientes de depósitos en el exterior tributan IRPF.
Sectores sindicales hace tiempo reclaman un mayor gravamen a los patrimonios elevados, específicamente al 1% más rico del país.
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El Frente Amplio, hoy en el Gobierno, ya había considerado el impuesto transitorio propuesto, que sugería una tasa del 2% sobre depósitos en el exterior durante la pandemia.
Diversos legisladores y dirigentes sindicales sostienen que el cambio permitiría dotar al sistema impositivo de mayor progresividad.
Mientras Uruguay evalúa endurecer el régimen impositivo sobre inversiones externas, Paraguay se consolida como posible destino alternativo de capitales regionales.
Esto, por sus condiciones en materia de impuestos, estabilidad jurídica y programas como el régimen de maquila, que permiten tasas reducidas y facilidad de acceso a otros mercados.
Empresas y patrimonios migraron hacia Paraguay por la presión fiscal percibida en otros países sudamericanos.