24 may. 2025

Un pacto político, demasiadas conjeturas

CONSEJO DE MAGISTURATURA. SESION PARA ELEGIR TERNA PARA LA CSJ

CONSEJO DE MAGISTURATURA. SESION PARA ELEGIR TERNA PARA LA CSJ

El Consejo de la Magistratura finalizó el viernes el proceso de selección de ministro de Corte Suprema al conformar la terna con Víctor Ríos, Gustavo Ocampos y Alma Méndez de Buongermini. Un senador liberal, un juez colorado y una magistrada sin filiación política (lo que no es sinónimo de independencia). Ahora la terna pasa al Senado, que elegirá a uno de ellos. El proceso culmina con el acuerdo o rechazo del Poder Ejecutivo.

El proceso de selección no estuvo exento de sospechas y descalificaciones, especialmente en la etapa de puntuación de los candidatos. Las distintas fases o exámenes no convencen aún, porque, a pesar de la supuesta objetividad, basta con mirar los puntajes que otorgaron los consejeros a cada postulante para notar la diferencia entre unos y otros. La tercera etapa se cerró con la “evaluación cualitativa integral”, la más subjetiva de todas y, por tanto, la trampa perfecta para sacar del medio a algún candidato o potenciar al que logró el consenso político.

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Los camaristas Méndez y Ocampos obtuvieron 7 votos del total de los 8 miembros, mientras que Ríos, 6. No votaron por el senador liberal el ministro de Corte, Eugenio Jiménez, y el presidente del Consejo y representante de los abogados, Óscar Paciello.

LAS NEGOCIACIONES. El desbande liberal y la disputa colorada tiñeron las negociaciones en el Senado y generaron tensión los días previos. El mismo senador Pedro Santacruz (PDP), miembro del CM, denunció las presiones de “sectores económicos, estudios jurídicos y hermandades (masonería) en la conformación de la terna”.

La vacancia generada por el fallecimiento de la ministra Gladys Bareiro (PLRA) supone, en el marco de un pacto no escrito pero vigente desde el acuerdo Wasmosy/Laíno, que sería ocupada nuevamente por un representante liberal. Por eso se especula con cuasicerteza que Ríos tiene mejores chances por tener el apoyo de la mayoría en el Senado, como pudo verse en el voto de los consejeros. Aquí vale resaltar que tuvo alto consenso político: desde el abdismo, a través de la representante del Poder Ejecutivo, Mónica Seifart; del cartismo, a través del abogado Jorge Bogarín; del Poder Legislativo, a través de sus representantes, diputado Roberto González (oficialista) y senador Pedro Santacruz (PDP). También fue votado por los representantes de las universidades: Raúl Torres Kirmser (UNA) y César Ruffinelli (UC).

PUJA LIBERAL. Si bien la candidatura de Ríos arrancó con fortaleza política, con el correr de los días se fue debilitando porque se le cruzó en el camino el camarista liberal Víctor Fretes, apuntalado por Blas Llano, quien buscó el apoyo de Horacio Cartes. Si bien el líder de Honor Colorado simpatizaba con Esteban Kriskovich (candidato de la Iglesia Católica), prometió secundar al candidato de su aliado liberal.

Pero el giro hacia Víctor Ríos se dio entre el miércoles y el jueves, cuando entraron a jugar muy fuerte los colorados oficialistas, quienes defendieron su postulación y convencieron al presidente de la República. En esta fase jugó fuerte el senador Cachito Salomón, cuya presidencia tuvo el apoyo de la multibancada. Su intermediación fue clave para el giro radical colorado. Se mencionan condicionamientos para aprobar los proyectos del Ejecutivo en el Senado y hasta de un supuesto trueque en el TSJE, donde habrá dos vacancias el año que viene. Si esto fuera cierto, sería una catástrofe para la oposición. Hasta el momento, la Justicia Electoral, a pesar de su desorden administrativo, mantiene credibilidad en su gestión electoral gracias al equilibrio político perfecto: un colorado, un liberal y un independiente. Otro tema menor es la Defensoría del Pueblo, donde aparentemente sería reelecto el impresentable Miguel Godoy.

LO QUE SE JUEGA. La disputa política por la integración de la Corte es normal en el juego del poder. La importancia de la elección no se da tanto por la pertenencia política sino hacia qué lado jugará el elegido cuando integre la máxima instancia judicial.

De los 8 miembros actuales, la Corte está dividida entre dos visiones: los renovadores, que si bien tuvieron el apoyo o empuje de partidos políticos para llegar a la cima, actúan con mayor independencia. Son los llamados ministros con vuelo propio: Martínez Simón, Carolina Llanes, Eugenio Jiménez y Manuel Ramírez. Este último cortó todo vínculo con el PLRA.

La otra mitad integran casualmente los ministros con más antigüedad: Antonio Fretes (el verdadero mandamás), César Garay y Luis María Benítez Riera. Se les sumó César Diesel, recientemente nombrado. Este grupo es más funcional a los intereses políticos.

Por ello la importancia de la elección del noveno ministro de Corte. Es el que romperá la mayoría e inclinará la balanza hacia uno de los lados.

Esta elección puso nuevamente en entredicho la independencia del Consejo de la Magistratura, que una vez más se amoldó a los intereses partidarios. Por el rol que tiene en la cadena de selección de cargos para el Poder Judicial, debería ser el perro guardián de la independencia de la Justicia. Tanto que cuando arman las ternas obliguen al Senado y al Ejecutivo a elegir al mejor entre los mejores.

El cuoteo político es un modelo agotado, pero, a pesar del rechazo ciudadano, persiste porque la clase dirigente está desconectada de la sociedad y solo se mira el ombligo y sus intereses cortoplacistas.

Cometen injusticia por mano propia.

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