20 abr. 2024

Tractores a la carrera

Cada año, en el marco de la Expo Feria Iruña, se realiza en esa localidad altoparanaense la tradicional competencia conocida como Arrancada de tractores, una actividad traída por los colonos brasileños y que hoy constituye uno de los mayores atractivos de la muestra.

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Revista Vida

Por Carlos Darío Torres / Fotos: Fernando Franceschelli.

Pintados, decorados y preparados como autos de Fórmula Uno, cuesta reconocerlos como tractores, esos vehículos pensados para acompañar el trabajo duro del campo. Pero lo son, y ejercen tanta fascinación como cualquier otro automotor acondicionado para una competencia deportiva. Prepárense para arrancar.
Estamos en Iruña, una localidad que se encuentra a 380 kilómetros de Asunción, a unos 12 kilómetros de la ruta VI. Como otras comunidades de la zona, nació gracias al asentamiento de colonos brasileños en el Alto Paraná; los pobladores de Iruña se dedican a la actividad agrícola, principalmente.
En ese lugar, en medio del trabajo arduo, también hay tiempo para desarrollar la pasión por las carreras; y para matar las ganas, a mano están los vehículos que ayudan en las tareas agrícolas, como los tractores, fuertes y tozudos... pero lentos. Esa limitación no fue un obstáculo para los pioneros, quienes crearon un pasatiempo que pronto se convertiría en algo más profesional.
Camino al andar
Las carreras de tractores, también conocidas como arrancadas o picadas, llegaron a Iruña de la mano de sus fundadores brasileños, quienes decidieron poner en práctica una competencia que era muy popular en Maripá, un municipio del vecino estado brasileño de Paraná.
Teodoro Mauer es el organizador de las arrancadas en Iruña, uno de sus introductores y testigo de primera mano de la evolución de esta actividad, lo que lo convierte en relator autorizado de su historia.
“Hace 13 años ya que empezamos con esto, con la idea de tener un deporte original, nuestro, de la campaña. Comenzamos como un juego y fue creciendo. Al principio lo hacíamos con nuestros tractorcitos, salidos de la chacra, sobre tierra colorada, dentro de nuestro pueblo”, rememora Teodoro.
La pista original tenía una extensión de 100 metros, y para la primera edición invitaron a otros agricultores. El primer año se juntaron 16 tractores, de los cuales 12 eran aptos para la competencia; no se cobraba el ingreso al show “y solo teníamos una banderita”. Unas 600 personas asistieron a esa primera experiencia y quedaron encantadas con el espectáculo.
“Yo había visto este tipo de competencia en Brasil. Yo soy de Maripá, donde se hacían las arrancadas de tractores, y pensé que podríamos realizar algo parecido acá. Copiamos la idea, pero hicimos modificaciones de acuerdo a las condiciones de nuestro lugar”, recuerda Mauer.
La actividad fue creciendo de la mano del entusiasmo y al tercer año ya tenían una pista, construida en un pedazo de tierra adquirido con ese fin. Lo siguiente fue empedrar la pista y, más tarde, le agregaron una capa asfáltica.
Enseguida, hace ya 10 años, los tractores se transformaron y dejaron de usar caja y diferencial de tractor, y las trompas fueron modificadas, volviéndose más aerodinámicos, con un tren delantero de automóvil; los motores también fueron cambiados. Las ruedas traseras permanecieron inalteradas, así como el combustible utilizado, que siguió siendo el diesel.
Un día en la pista

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Revista Vida

La Expo Feria Iruña se desarrolla en un predio que se encuentra en el casco urbano de la colonia. No se diferencia de otras muestras en el país en cuanto a la oferta de novedades, comidas y entretenimientos. Hay un escenario para la actuación de artistas y grupos, que en esta decimotercera edición de la feria fue ocupado por el grupo brasileño Kaso Novo.

En Iruña, uno parece estar en suelo brasileño, pues el idioma que predomina es el portugués y entre los carteles de anuncios, el castellano comparte espacio con la lengua lusa. Esta realidad no es extraña en esta zona, habitada por colonos brasileños y sus hijos nacidos en Paraguay, en su mayoría, casi absoluta, descendientes de alemanes.
El portugués también se escucha en el autódromo, una pista de más 400 metros de largo. El locutor oficial mezcla la lengua materna de los brasileños con el español. Ambos idiomas los maneja con solvencia y hasta se permite combinarlos.
Hay, no obstante, un signo que nos demuestra que estamos en Paraguay: abundan los termos y guampas forrados y el tereré pasa de mano en mano, solo que en la decoración de los recipientes predominanlos escudos de clubes brasileños. Pero es un detalle menor, el tereré sigue siendo paraguayo.
Las graderías pueden albergar hasta 4.000 espectadores y están frente a los boxes, al otro lado de la pista. En los pits, la actividad es continua e igual a la que se ve en cualquier autódromo, con mecánicos uniformados haciendo retoques a las máquinas y con los pilotos observando y dando su parecer.
Los tractores alcanzan entre 150 y 160 kilómetros por hora. Están tuneados como todo vehículo de competencia, con los colores del equipo y con los logos de los patrocinadores distribuidos en la carrocería, que también aparecen en los buzos antiflama y en los cascos de los pilotos.
En Paraguay existen cinco equipos, uno de ellos sostenido por el Centro de Eventos de Iruña. En esta edición, los connacionales fueron cuatro y compitieron contra seis teams brasileños, pertenecientes a las ciudades de Cascavel y Maripá.
La competencia se desarrolló en tres baterías, distribuidas en dos días y con sus respectivos espacios para entrenamientos y pruebas. Ambas jornadas fueron un éxito de público, con graderías casi colmadas y con la gente vibrando y apoyando a sus favoritos.
La rivalidad entre los equipos es fuerte y, a pesar de los momentos de confraternidad, los enfrentamientos son tomados con la seriedad de una competencia profesional, que se confirma cuando se ve cómo se festeja cada victoria.
“Nuestra intención es seguir creciendo y conseguir que la competencia sea reconocida por la Secretaría Nacional de Deportes, algo que hasta ahora no conseguimos. También queremos que sea incluida en el calendario de actividades del deporte motor”, afirma Mauer.
En esta oportunidad se incorporó una categoría llamada Original, destinada a los tractores sin modificar, esos que después de estas jornadas volverán al campo. Los modificados, en cambio, volverán al taller, hasta la próxima competencia. Trabajo y descanso, como es la vida en Iruña.
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Rincón vasco
Iruña es el nombre en euskera de Pamplona y también es la denominación de un municipio de Álava, ambas ubicadas en España. El territorio en el que está asentado el distrito altoparanaense perteneció al vasco Genaro Escudero, oriundo de Iruña, nombre que fue traspasado a la localidad a través de la Colonizadora Iruña.
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Alto costo

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Según la tecnología que se utilice, un vehículo acondicionado cuesta entre USD 50.000 y USD 60.000, a los que hay que sumar los gastos de mantenimiento por año. En la otra mano, la edición 2016 de las arrancadas repartió premios por USD 5.000 para los calificados del primer al sexto lugar.