Al Consejo Nacional de Educación Superior (Cones) le toca lidiar una “lucha titánica” con grupos de poder con un presupuesto insuficiente y con recursos humanos limitados.
En su primer año –de 2013 al 2014– el Estado “no proveyó de un presupuesto propio al ente”, dice Hildegardo González, presidente del Cones. De igual modo, se empezó a “ordenar el sistema” con las tareas de catastro de carreras y ofertas académicas: controlando las exigencias de calidad, tanto académicas, estructurales, administrativas, como económicas.
“Y el control generó resistencia, dado que la exigencia de calidad hace que los costos se eleven, en lo que se refiere a entidades privadas, por lo que nuestro control no gustó a muchas personas”, apunta.Chicanas. La propuesta de calidad del ente rector pasa por la necesidad de formalizar el sistema y sincerar las ofertas académicas.
“Nuestra propuesta de superación es el sinceramiento y formalización y a ese proceso podemos decir que muchas Instituciones de Educación Superior (IES) se han acoplado rápidamente, pero todavía hay algunas que se resisten a tales situaciones e incluso nos toca luchar contra inconstitucionalidades que se han promovido para no cumplir la Ley 4995/2013, y en otros casos juicios contra el Cones para no ajustarse a sus normativas”, menciona.
Es así que los encargados de impartir justicia se prestan a chicanas jurídicas. “Jueces de primera instancia han dado medidas alternativas para que en un solo día se incluya en el catastro del Cones más de 800 carreras. Es decir, así como en la época de los buses chatarras que se habilitaban por orden judicial hoy corremos el riesgo de tener carreras chatarras, bajo la misma sistemática”, compara.
Exigencia. González insiste que la principal corrección debe provenir de las propias entidades con la formalización de sus ofertas académicas; a su vez, el estudiante debe saber que una carrera universitaria –por ley- debe durar 2.700 horas como mínimo y en el área de ciencias de la salud superar las 4.000 horas. “Lo que vale decir es que yendo a clases dos o tres veces a la semana no estás cumpliendo con la ley; dar clases solo los sábados, o jueves o viernes no alcanza para cubrir ese criterio de calidad”, refiere.En la misma tónica se debe tener en cuenta que las instituciones del sector “deben contar con laboratorios, infraestructura especial, docentes con experiencia y no alumnos recién recibidos enseñando medicina o enfermería”.
Indica que todos estos aspectos deben ser considerados por los estudiantes antes de anotarse o matricularse.“Dar clases solo los sábados es un engaño. Dar clases sin docentes con experiencia es una informalidad, especialmente si se refiere al área de ciencias de la salud y las ingenierías, donde la experiencia es el principal conductor en la formación de las competencias del estudiante”, completa y apunta que “no contar con laboratorios y la infraestructura necesaria son pautas” que deben servir de alerta.