14 dic. 2025

Susto en comercios de Pedro Juan tras cierre de la frontera con Brasil

Las autoridades encargadas de la tarea de intercambio comercial con Ponta Porã adujeron una medida para verificar y ajustar los detalles legales para poder habilitarlo de nuevo esta semana.

Luego de una suspensión temporal durante la tarde de ayer, miércoles, del paso fronterizo de mercaderías, la Cámara de Comercio de PJC implementará varios requisitos para volver a habilitarlo durante el transcurso de esta semana.

Según Víctor Barreto, presidente de la Cámara de Industria, Comercios y Servicios del Amambay, “la suspensión obedece a un plan para implementar algunas reglamentaciones y así ir perfeccionando los requisitos exigidos para seguir operando. La idea nuestra es movimentar nuestra economía local entre Ponta Porã y Pedro Juan Caballero”.

Los comerciantes pedrojuaninos no ocultaron su preocupación ante la llegada de mercaderías de otros municipios, que son traídas por transportadores desde el Este del país y cuyas documentaciones están en duda.

La intención es evitar que el vecino país prohíba la utilización de estos lugares para introducir mercaderías que tendrían un alto volumen, pero de calidad inferior. Al respecto, Barreto dijo: “Para evitar esos inconvenientes estamos introduciendo en el reglamento que las mercaderías deberán tener todas las facturas legales de compras generadas en los comercios de Pedro Juan para que el beneficio se quede en nuestra zona”.

MUCHA MERCADERÍA. Ayer, miércoles, varias personas se presentaron en los toldos para pasar enormes volúmenes de mercaderías, “y ese no era el fin, la intención nuestra es intercambiar mercaderías pequeñas con la ciudad vecina de Ponta Porã, Brasil, y también otro inconveniente que tuvimos fue que una sola persona quiso llenar el formulario para pasar una camionada de mercaderías, y ese no era el objetivo”, reiteró en forma enfática el presidente de la cámara.

Desde hoy la actividad se vuelve a normalizar, pero con reglamentos más claros y estrictos para evitar que el Municipio de Ponta Porã o el propio Gobierno brasileño prohíban definitivamente.