A pesar de su inconveniente para desplazarse, como fiel feligrés llegó a la Basílica a dejar sus plegarias de pronta recuperación, ya que recientemente sufrió un accidente.
Este año decidió adelantar su peregrinación por su incómoda condición de movilidad. “Vengo junto a la Virgen hace 15 años, no dejé de venir un año”.
Es oriundo de Vaquería, Caaguazú, donde vive y trabaja. Desde allí, vienen peregrinando y comenta que se siente muy bien luego de visitar la Villa Serrana, es por ello que este año no quiso dejar de visitarla.
Al salir de la Basílica, fueron hasta Tupãsy Ykua, donde aprovechó para derramar el agua milagrosa por su pie lastimado. Además, como ya es costumbre se cargó un bidón de agua del Ykua para utilizar como un santo remedio. “Me siento bien después de visitar a la Virgencita, me da tranquilidad. Tuve un accidente, se me cayó una amoladora sobre el pie, aunque todavía no se cura, vengo a cumplir mi promesa”.
Por último, alentó a la gran población creyente y mariana a venir hasta el santuario, dejando un mensaje en nuestro dulce idioma guaraní. “Ha ou haguã enterove, Tupãsy rendápe, ñañeñandu porãiterei ko’águi jaha jave”. (Que vengan todos juntos a la Virgen, nos sentimos muy bien al salir de aquí).