“Proponemos (...) ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad que tengan un diaconado fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable”, se lee en el punto 111 del documento, que consiguió 128 votos a favor y 41 en contra.
Según las normas del Sínodo, cada uno de los puntos del documento final –fruto de las peticiones y debates de estos días– para ser aprobado necesitaba el voto a favor de los dos tercios de los obispos presentes, que ayer era 120. Los 120 puntos del documento final fueron aprobados por los dos tercios de los obispos, pero el relativo a los curas casados fue el que registró un resultado más ajustado y el que recibió más votos en contra, 41. El documento final pasó ahora al papa Francisco, quien como anunció elaborará un documento, una exhortación apostólica postsinodal, sobre los temas abordados y se verá su decisión sobre la propuesta de los llamados “viri probati”, los hombres de probada fe que, a pesar de estar casados, podrían ser sacerdotes.