Después de experimentar mejorías con cotizaciones de hasta USD 2,50 por kilogramo entre fines de julio y principios de agosto, esta semana el novillo volvió a devaluarse, de acuerdo con el informe de la Comisión de Carne de la Asociación Rural del Paraguay (ARP).
Los demás países del Mercosur fueron mejorando sus precios como el caso de Brasil y Argentina, donde los productores colocaron sus animales por USD 2,64 y USD 2,87 por kilogramo vivo, respectivamente. En cambio, en Uruguay se registró una leve caída, pero con los USD 3,40 que reciben los ganaderos, sigue superando ampliamente a la materia prima paraguaya.
Para el sector ganadero, la brecha entre el precio que reciben los productores y la industria en el mercado internacional se fue ampliando cuando los frigoríficos consiguieron mejores cotizaciones, pero no trasladaron las ventajas en la adquisición de la materia prima.
Según el presidente de la ARP, Pedro Galli, los proveedores de animales deberían tener una participación de entre 70% y 75% en el precio internacional de la carne bovina.
Es el sector económico que mejoró sus exportaciones al cierre de julio a pesar del contexto de la pandemia. Los envíos alcanzaron casi USD 630 millones al séptimo mes de este año, lo que significa una suba del 10% con relación al mismo periodo del 2019.
En cuanto a los mercados del producto, la ARP mencionó que de acuerdo a Faxcarne, la demanda rusa sigue “tibia” y que en el caso de Israel, se retiraron del país tres equipos kosher, en tanto que otras cuatro cuadrillas siguen faenando. No obstante, los precios para contratos de agosto se mantienen en torno a USD 5.100 para los cortes delanteros enfriados y USD 4.900 para los congelados.