El caponarco brasileño es Joaquim da Mota, alias Motiña, y su seguridad trabajó para Peña durante un acto electoral en Pedro Juan Caballero, Amambay.
La senadora del Partido Encuentro Nacional (PEN), Kattya González, manifestó que, si bien es un hecho que debe confirmarse, si se juzga con el mismo criterio con el que los cartistas lo hicieron con Arnaldo Giuzzio, Peña debería estar en la cárcel. “Si vamos a hacer el razonamiento que los cartistas están haciendo con Giuzzio, a Peña le espera la cárcel. Pero en democracia, con una Fiscalía imparcial, primero hay que verificar y la Justicia deberá determinar si es culpable o no. Siempre y cuando no tengan la presión del poder político para no ver nada”, expresó la legisladora.
Por su parte, el diputado de Fuerza Republicana, Mauricio Espínola, consideró que es necesario primero corroborar para luego emitir opiniones. “Primero hay que corroborar la veracidad de la información. Uno cuando viaja, de por ahí, no sabe con quién podría encontrarse; muchas veces también la gente pide fotos, especialmente cuando sale de gira por el interior. Por eso no tengo ninguna opinión aún”, apuntó.
El brasileño Iuri Borges Gusmão, detenido por la Policía brasileña, era considerado el jefe de un grupo de paramilitares que brindaba seguridad a Motiña, hijo de Antônio da Mota, conocido empresario industrial y ganadero.