Los desequilibrios fiscales, monetarios e inflacionarios que sufre la segunda economía suramericana no son nuevos, pero han empeorado en los últimos meses, en los que las divisiones políticas en el seno de la coalición gobernante decantaron en sucesivos cambios de ministros del área económica.
En estas últimas semanas las medidas adoptadas no lograron rebajar las crecientes tensiones en los mercados y ni frenar la aceleración de la inflación.
La designación de Massa ha sido leída por inversores y analistas como un giro al pragmatismo del Gobierno del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quienes lideran dentro del frente oficialista dos sectores con crecientes divergencias sobre la política económica.
Ante el deterioro macroeconómico y la pérdida de imagen positiva de un Gobierno que en 2023 afrontará el test de los comicios generales, el elegido para intentar revertir el duro cuadro es un hombre que no integra ni el kirchnerismo ni el sector del peronismo que comanda el jefe de Estado.
EQUILIBRISTA. Massa es líder del Frente Renovador, tercer núcleo de peso dentro del gobernante Frente de Todos, un “equilibrista” que, para hacerse cargo de la complicada economía argentina, amasará más poder de maniobra y decisión, absorbiendo bajo un nuevo “superministerio” áreas antes disgregadas, como finanzas, hacienda, producción, agricultura y la estratégica relación con los organismos internacionales.
Para el economista Martín Calveira, investigador del IAE Business School, escuela de negocios de la Universidad Austral, resulta “fundamental” que se anuncien medidas de estabilización “con celeridad” y “en un entorno de cohesión, es decir, con señales de acuerdo de todo el espacio político de Gobierno”. “En ausencia de estas condiciones, la probabilidad de éxito de la nueva gestión será casi nula”, advirtió Calveira. EFE