Los senadores retrocedieron en su aprobación inicial del proyecto de desbloqueo de listas que incluía la paridad.
De hecho aparecieron algunos carteles y varias personas que se oponen a la posibilidad de incluir a más mujeres en las elecciones, y se ubicaron en la tribuna como una manera de presionar.
Tras una larga discusión, en la que hubo un intento para que se ratifiquen en el texto inicial, finalmente, aprobaron las modificaciones provenientes de la Cámara Baja.
Por un lado, aceptaron que no haya alternancia de varones y mujeres en las listas, y descartaron el uso de las urnas electrónicas en las elecciones.
Nuevamente, el polémico proyecto de ley que al final fue objetado tendrá una última vuelta en Diputados, y luego se remitirá al Ejecutivo.
Hubo coincidencia de dejar en manos del Tribunal Superior de Justicia Electoral el mecanismo que se utilizaría para las elecciones.
Volvió a quedar en evidencia una fuerte objeción al voto electrónico, y una abierta preferencia a las papeletas.
Stephan Rasmussen, de Patria Querida, pidió que se exhiban datos sobre las últimas elecciones en los que se evidencian posibles casos de fraude. Su sector sugiere el uso de urnas electrónicas.
“Hay mucha vulnerabilidad. No perjudica solamente al tercer espacio, sino también el total de votos también en internas, a movimientos más pequeños que no tienen capacidad de control, así como el juzgamiento y la carga manual”, indicó Rasmussen.
“El conteo manual sin asistencia, sin ningún tipo de tecnología, se puede prestar a errores”, insistió.
El liberal Blas Llano se manifestó a favor de la paridad y del voto electrónico.
Por su parte, otros senadores estuvieron a favor de la paridad, pero sin la utilización de urnas electrónicas.
pULSEADA POR INCLUSIÓN. Lilian Samaniego procuró salvar la inclusión de la paridad, recordando un artículo constitucional que habla de la igualdad de varones y mujeres en diferentes ámbitos.
“Ojalá no necesitáramos ninguna ley, ni nada para el reconocimiento de lo que aportan diariamente las mujeres en todos los ámbitos, pero no es así”, sostuvo.
“Dijeron que es una estafa, una trampa, que es inconstitucional, que es atentar contra la familia, la antesala para el matrimonio igualitario, para el aborto”, se quejó.
Su correligionario Juan Carlos Galaverna alegó que siente un profundo respeto a las mujeres y que por eso no quería dar tratos especiales.
En cuanto a las urnas electrónicas, volvió a remarcar que en muchos países se decidió desechar ese sistema.
Se volcó por el uso de las papeletas. Desafió a sus colegas que le respondan qué tamaño debería tener la pantalla de la urna electrónica con la cantidad de listas.
Esperanza Martínez, del Frente Guasu, se ratificó a favor de la paridad, y lo mismo hizo Carlos Filizzola.
Este último sostuvo que hay una sociedad patriarcal y machista en la que la mujer siempre está en segundo plano en todos los niveles.
El liberal Víctor Ríos alegó que hasta los constituyentes se dieron cuenta que no existe igualdad efectiva, y los senadores no perciben.
Su correligionario, Dionisio Amarilla indicó que no cree que sus pares desconozcan la discriminación a la mujer. Pidió dar el paso a favor de la ratificación de la paridad.
Georgia Arrúa, de Patria Querida, dijo que las mujeres no necesitan dádivas.