“Países enteros están siendo utilizados como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala”, dijo Yuval Noah Harari, autor del best-seller Sapiens, al Financial Times en marzo.
“Si no tenemos cuidado, la epidemia será un hito en la historia de la vigilancia. No sólo porque podría normalizar el uso de los instrumentos de supervisión masiva en países que hasta ahora los rechazaban, sino también, y sobre todo, porque marcaría una transición drástica hacia el seguimiento subcutáneo”, añadía el especialista en aquel artículo.
“Antes, cuando tu dedo hacía clic en un enlace en tu smartphone, el gobierno quería saber cuál era ese enlace. Ahora el gobierno quiere saber la temperatura de tu dedo y la presión sanguínea bajo tu piel”.
También es probable que la economía mundial se transforme de manera duradera después del golpe que recibieron algunos países sorprendidos por la pandemia, lo que podría dar un impulso al concepto de “autonomía estratégica” y desafiar la globalización de las cadenas de suministro y la famosa “teoría de la ventaja comparativa”, del economista británico David Ricardo.
“Esta visión ricardiana del comercio internacional sostiene el desarrollo de cadenas de valor globales en el siglo XXI”, señaló Bertrand Valiorgue, profesor de la universidad francesa Clermont-Auvergne.
“La crisis financiera de 2008 marcó un retroceso en la dinámica de desarrollo de las cadenas de valor mundiales. Ahora, el impacto de la crisis de Covid-19 será más profundo y duradero”, añadió en el sitio web The Conversation. AFP