A rezar decía la tapa de Hora Deportiva de ayer. Y nuestro rezo se escuchó. Ecuador y Japón dependían de sí mismos para pasar a los cuartos de final. Expectante estaba Paraguay, que rezaba y que sufrió lo indecible, principalmente en la parte final en que especialmente los nipones acariciaron el segundo tanto. Si el gol anulado por offside a Kubo se celebró como el gol de Richard Sánchez (aunque no es lo ideal ni la manera en que queremos clasificar).
La igualdad perjudicó a ambos, despidiéndose de la Copa América. El cotejo fue bastante equilibrado, ya que ambos mostraron buenos argumentos ofensivos. Los primeros en golpear fueron los japoneses, mediante Shoya Nakajima, quien aprovechó un despeje corto de Alexander Domínguez para mandar el balón al fondo del pórtico tricolor.
Esto obligó al Tri a salir con mayor determinación y consiguió establecer la paridad mediante Ángel Mena.
IDA Y VUELTA. En la complementaria, el partido se tornó más abierto, donde Ecuador atacó con más frecuencia y Japón respondía con ataques frontales; sin embargo, ambos no pudieron romper la paridad y lo celebró Paraguay.