25 abr. 2024

Se agrava la situación de la alimentación en Paraguay

La crisis alimentaria que mostraba señales desde años atrás, terminó por desencadenarse primero por la pandemia y en los últimos meses por la guerra entre Rusia y Ucrania. La crisis climática exacerbará en los próximos años el problema, generando múltiples consecuencias, como el aumento de la pobreza y de la prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación. A largo plazo esto significará graves problemas para el desarrollo, ya que una niñez mal alimentada y una población trabajadora enferma conllevan altos costos para la salud pública, bajo rendimiento educativo y nula posibilidad de aumentar la productividad.

Un reciente informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que el 24,6% de los hogares enfrenta inseguridad alimentaria, y 5,3% están en una situación de gravedad. La inseguridad alimentaria significa que no lograron acceder a la cantidad y calidad de alimentos necesarias. Moderada implica que enfrentan incertidumbre a la hora de obtener alimentos y se han visto obligados a aceptar menos calidad o cantidad; mientras que la grave supone que los hogares quedaron sin alimentos y en algunos casos por varios días.

Esta situación es inadmisible considerando que Paraguay es un país exitoso en la producción y exportación de productos agropecuarios, muchos de los cuales son alimentos para personas. Otros rubros contribuyen de manera indirecta a la alimentación humana.

Paraguay se encuentra entre los 10 mayores exportadores mundiales de carne, almidón de mandioca, maíz y trigo, alimentos que forman parte de la gastronomía nacional. Además exporta otros productos que aunque están destinados a otros mercados o a la alimentación de animales, tienen origen en recursos con que cuenta el país.

A pesar de ello, una serie de indicadores anteriores a los recientemente publicados por el INE dan señales desde hace años del problema que enfrenta el país en el acceso a alimentos.

En primer lugar cabe señalar el aumento de los precios de los alimentos, muy por encima de otros productos de la canasta familiar. La inflación de alimentos no es nueva en Paraguay, ya lleva años producto del mal funcionamiento de las políticas públicas que no están ayudando a fortalecer la producción y comercialización. La crisis climática y la mala distribución de la tierra obstaculizan la producción sostenida de alimentos tanto para el consumo de las familias de la agricultura familiar como de las familias en el sector urbano.

El poder de mercado de los intermediarios, la falta de caminos de todo tiempo y de un seguro agroclimático, las sequías, las plagas y las olas de calor ponen límites a la producción y comercialización; mientras que paralelamente el imparable contrabando destruye el esfuerzo realizado por las fincas campesinas.

Los datos oficiales muestran que hay un deterioro de los indicadores de salud nutricional, con un empeoramiento en 2020. En la niñez de 0 a 5 años, el riesgo de desnutrición pasó de 17,4% a 21,3%; la desnutrición, de 4,8% a 5,7%. La obesidad y el sobrepeso también muestran incrementos.

Una cuarta parte de los alimentos son ultraprocesados. El consumo de este tipo de alimentos está relacionado con la obesidad y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso cáncer.

La falta de salud nutricional tiene importantes consecuencias en muchos ámbitos de la calidad de vida. En los primeros 1.000 días impide el desarrollo infantil temprano y en los siguientes años conduce a dificultades en el aprendizaje y en la prevalencia temprana de enfermedades crónicas que luego en la adultez reducen la productividad. La calidad de vida y la autonomía en la vejez se relacionan de manera directa con la nutrición a lo largo de la vida.

Para cualquier política pública, la prevención siempre es más eficiente y de mayor impacto. En este caso, una política pública que garantice el acceso a alimentos sanos constituye la mejor intervención en salud, educación, protección social y trabajo. Es fundamental que las autoridades comprendan la relevancia del reciente informe e implementen acciones urgentes para revertir la situación y cambiar la trayectoria de todos estos indicadores.

Más contenido de esta sección
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.
Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.
La violencia contra las mujeres es una preocupante realidad en el Paraguay. En este Día de la Mujer Paraguaya debemos recordar los datos de las instituciones que señalan que, pese a las leyes, los casos de violencia en el hogar y los casos de feminicidio no disminuyen. Estamos lejos de ser una sociedad que respeta y valora las capacidades de las mujeres; prueba de ello es el aumento en el último año de la violencia política. Este es un indicador del largo camino que nos falta andar para ser una sociedad verdaderamente democrática.