Y es que para eso trabajó Roscer desde los 5 años, edad en la que se inició en la música. “Empecé en el escenario de la escuela que tenían mis padres, Corina Samaniego y Carlos Díaz, primero como cantante, luego inclinándome hacia el requinto”, rememora el joven, agregando que fue justamente su papá quien le inspiró a dedicarse a la música.
“Me impulsó el escucharle a mi padre, quien también es músico de hobbie. Él tenía un grupo con un requintista, que siempre me llamó la atención por lo que hacía con el instrumento”.
Su carrera individual se inició en el 2003, al ganar el Festival del Takuare’ê en la categoría solista de requinto. “Fue un trampolín más que importante para lo que hoy es mi carrera como solista”, cuenta este joven de solo 24 años, para quien la mayor satisfacción como artista es “ver a la gente bailar, saltar o gritar con nuestras canciones, con música folclórica”.
“Por más que hagamos otros estilos, es lo nuestro lo que queda siempre como símbolo”, comenta emocionado.
Estilo. Precisamente la música paraguaya es infaltable en el repertorio de este artista, que define su estilo como un polcandrock.
“Nos enfocamos con mucha pasión al folclore, pero de forma diferente al de mucha gente. En nuestros shows a la gente le llama la atención, positivamente, la energía que transmitimos en el escenario, pero manteniendo la línea folclórica”, cuenta orgulloso.
Su fiel compañero, su requinto, es más que un instrumento para Roscer. “Mi requinto es mi vida misma, el compañero de tantas aventuras, de recuerdos, de emociones, de sentimientos, que me permite expresar todo lo que a lo mejor con las palabras no puedo expresar... Mi requinto tiene ese sonido especial que simplemente al primer acorde ya me transporta a otra parte”.
Mirada. En el 2014 Roscer cumplió una década con la música, tiempo en el que aprendió bastante.
“En todos estos años puedo reconocer mucho apoyo de mi familia, porque siempre con la música se tienen buenos y malos momentos. También veo las puertas que mucha gente me abrió para brindarle mi música, además de todos esos escenarios que pisé o lugares a los que me llevó el instrumento y las particularidades que encierra cada show”, reflexiona.
Al mirar adelante, ve muchos sueños por cumplir como requintista. “Sueño llenar algún estadio, como lo hacen grandes íconos musicales del mundo; es el sueño de cualquier artista, pero vale hacerlo, pues como reza una frase: Más vale soñar, porque el que no sueña, no aspira a nada”.
Otro proyecto es el de grabar dos temas propios para el próximo material que se encuentra en la preproducción.
El requintista cuenta ya con cuatro materiales grabados, el primero como requintista y cantante con el Trío San Carlos, que conforma con sus hermanos, Karen y Carlos; y otros tres posteriores grabados como solista instrumental.
Música y humor. Roscer Díaz y su grupo tendrán la difícil tarea de cerrar el ciclo de verano del Teatro Municipal el martes 31, a las 20.30.
Díaz estará acompañado por sus músicos, Carlos Díaz (guitarra), Roberto Trinidad (bajo) y Derlis Burgos (batería). Se suman a la fiesta El requinto de oro del Paraguay, Juan Cancio Barreto, el bandoneonista Hebert Cáceres y el dúo cómico Jagua ha Pirãi. Las entradas cuestan G. 30.000 en la boletería.
“Tenemos lindas sorpresas; será un show variado con temas nuevos, junto con el dúo cómico Jagua ha Pirãi. La presencia de Juan Cancio y de Hebert ofrece un excelente preámbulo de lo que será el show”, afirma el requintista.