Los jóvenes que perdieron la vida fueron Henry Díaz Bernal, Cristóbal Espínola, Tomás Rojas, Arnaldo Paredes, José Zarza, Armando Espinosa, Manfred Stark y Víctor Molas.
Tras el asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña, miles de jóvenes coparon las plazas y culparon del hecho al entonces general retirado Lino Oviedo, quien fue liberado gracias a una resolución de la Corte.
Las escaramuzas entre policías, manifestantes antioviedistas y un grupo de oviedistas que se habían llegado para dar su respaldo al gobierno de Cubas duraron hasta la noche del jueves 25 y madrugada del viernes 26, cuando francotiradores situados en los edificios aledaños al Congreso asesinaron a manifestantes antioviedistas.