17 may. 2025

Reconocer la visita del Señor

Hoy meditamos el Evangelio según san Lucas 11, 15-26.

El Evangelio de la liturgia de hoy nos presenta al Maestro en medio de la multitud después de haberles enseñado con el Padre Nuestro como deben orar los Hijos e Hijas de Dios. Estas palabras del Señor, llenas de verdades sobrenaturales y aparentemente tan simples no caen siempre en un terreno propicio, que las haga fructificar. Hoy vemos como los opositores de Jesús no saben o no quieren abrirse a su enseñanza, lo malinterpretan y buscan ponerlo en aprietos. Haciendo esto, caen curiosamente en una actitud totalmente contraria a la que Jesús invitó a vivir.

Para poder reconocer al Señor, que gusta de presentarse sin espectáculo, es necesario tener los ojos del corazón limpios. Para esto tenemos que pedir humildemente la ayuda de Dios, ya que nadie está exento de la ceguera y la incapacidad de reconocer las cosas de Dios, como vemos en el Evangelio de hoy. El reino de Satán es el reino del hombre fuerte, que tiene a los hombres y mujeres atrapados en esta dureza del corazón que impide reconocer los mensajes que el Señor nos dirige.

El papa Francisco, citando al santo de Hipona decía: “Me vuelve a la mente la frase de san Agustín: «Timeo Iesum transeuntem» (Serm., 88, 14, 13), «tengo miedo de que el Señor pase» y no le reconozca, que el Señor pase delante de mí en una de estas personas pequeñas, necesitadas y yo no me dé cuenta de que es Jesús. ¡Tengo miedo de que el Señor pase y no le reconozca! Me he preguntado por qué san Agustín dijo que temiéramos el paso de Jesús. La respuesta, desgraciadamente, está en nuestros comportamientos: Porque a menudo estamos distraídos, indiferentes, y cuando el Señor nos pasa cerca perdemos la ocasión del encuentro con Él” (papa Francisco, Audiencia general, miércoles 12 octubre 2016).

La última parte de las enseñanzas de hoy nos señalan algo que nos puede servir para evitar la dureza y ceguera del corazón. Se trata de llenar nuestra vida con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, luchando por permanecer cerca suyo, escuchando sus mociones, compartiendo afectos, dialogando, rezando.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/gospel/evangelio-feria-vi-vigesimoseptima-semana-tiempo-ordinario/).