09 may. 2024

Rechazan un hábeas corpus que denuncia supuesta detención ilegal en caso Samura

Audiencia. Uno de los detenidos en el caso Samura.

Audiencia. Uno de los detenidos en el caso Samura.

El juez Gustavo Amarilla rechazó el hábeas corpus planteado a favor de dos hermanos que fueron detenidos la semana pasada como supuestos implicados en la fuga del capo narco Teofilo Samudio Samura y el homicidio del comisario Félix Ferrari.

La garantía constitucional fue promovida a favor de los hermanos Willian Donato y Rodolfo Arnaldo Urquhart Maluff, quienes se encuentran procesados por el citado caso.

El pedido fue hecho por la abogada Raquel Vargas, quien señala en su escrito que no existía (en el momento de la captura) orden de detención contra ambos.

Además, sostuvo que la orden de allanamiento fue presentada la madrugada del pasado sábado, a las 4.15, cuando los agentes antidrogas habían irrumpido en la casa a las 3.40.

Asimismo, denuncia que la orden de allanamiento no especificaba la dirección del inmueble a ser allanado, y tampoco a quién se debía buscar o aprehender.

Sostuvo que tres de los agentes echaron al piso a Wilfrido Rubén López, y a Rafael Quiñónez, le tuvieron en ropas menores toda la madrugada, pues no le dejaron ni ponerse ropa.

Igualmente, explica que los niños que estaban en la casa tuvieron incluso secuelas del susto y los nervios, por la violencia del allanamiento.

La abogada atacó de ilegal el procedimiento, ya que los hermanos Willian Donato y Rodolfo Arnaldo Urquhart Maluff, no tenían antecedentes. Alega que las armas, específicamente la 9 milímetros, modificada no funcionaba.

No obstante, el juez Gustavo Amarilla analizó la garantía constitucional invocada. Sostiene que el agente fiscal tenía potestad para ordenar la detención de las personas. Además, que había un proceso abierto contra los mismos.

Con ello, finalmente, sostiene que la garantía constitucional invocada no era procedente. Así, no hizo lugar al pedido, y los hermanos seguirán con prisión preventiva.

Más contenido de esta sección
Demasiados episodios grotescos en una semana como para no dedicarles unas líneas.
Tras las impactantes revelaciones que se obtuvieron con la operación Dakovo, que logró exponer tan explícitamente los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas, sobrevino una situación por de más escandalosa: la implicación de altos militares en actividades criminales. Esta fue sin dudas una dolorosa comprobación del elevado nivel de infiltración del poder mafioso dentro de las instituciones del Estado paraguayo. Además de ser profundamente vergonzoso, esto implica un ataque a la democracia.
El Congreso Nacional rompió récord esta semana con el proyecto de la ley de superintendencia; los senadores tardaron 15 minutos para aprobar; los diputados 11 minutos. En una convulsionada jornada, los diputados también aprobaron ley que suaviza penas para corruptos y los senadores salvaron al cartista Hernán Rivas, acusado de tener un título falso de abogado. Y como les quedó tiempo, también mutilaron la ley de puerta giratoria. Este es el espantoso combo navideño que el Parlamento le ofrece al pueblo paraguayo.
Los impactantes resultados de la operación Dakovo lograron exponer en forma explícita los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas. En nuestro país, logró la detención de más de una decena de personas involucradas en un esquema de tráfico internacional de armas y una nota gravísima, entre los detenidos están un militar de alto rango así como ex funcionarios de la Dimabel. Es muy preocupante la manera en que la mafia y el crimen organizado están socavando nuestra soberanía y nuestra democracia.
No fabricamos armas, pero las comercializamos en cantidad industrial. No producimos cocaína, pero el país es depósito, ruta y puerto de embarque de cantidades industriales que llegan a los principales mercados del mundo.
Eduardo Nakayama abandona el PLRA. Solo y apresuradamente, dicen. Quién sabe. Explica que no ve ninguna posibilidad de que su partido pueda desprenderse de la infiltración cartista. Desde adentro ya no hay nada que hacer, sostiene.