Absolutamente colapsados se encuentran los espacios de estacionamiento existentes en el Centro Histórico de Asunción, al igual que en toda la ciudad, lo que deriva en el caótico panorama de vehículos detenidos en doble fila, sobre veredas, obstruyendo rampas para personas con discapacidad o rampas peatonales.
A esto se suma que las 260 playas privadas de aparcamiento de automóviles habilitadas en la zona céntrica de la capital tienen su capacidad totalmente ocupada.
Para paliar en parte esta situación, la concejala Pepa Kostianovsky, por medio de una minuta derivada a la Intendencia para su consideración, plantea realizar un estudio de factibilidad para determinar la conveniencia o no de reconvertir el predio del ex Instituto Municipal de Arte (IMA), en Haedo casi Chile, previa demolición de la estructura siniestrada, en edificio de estacionamiento.
La edil sostiene que ello se puede dar en el marco de un régimen de concesión similar al que se tiene en la Plaza de la Democracia, evitando que la deteriorada construcción siga generando efectos negativos en el entorno urbano y a la vez lograr beneficios económicos para la institución municipal.
POSTURA. Florentín Giménez, asesor de la Dirección de Tránsito de la Comuna capitalina, sostuvo que el estacionamiento en Asunción seguirá siendo un desastre si no se pone en vigencia un sistema de control y tarifado.
Indicó que el sector empresarial debe empezar a construir edificios en altura para aparcamiento de rodados, donde se podrían establecer incentivos para quienes apuesten a este tipo de proyectos.
“Una vez que se tengan estas estructuras para estacionar fuera de la calle se deberá trabajar en la educación de los dueños de vehículos para dejar sus máquinas ya sea en altura o en subsuelo”, dijo.
Sentenció que las instituciones encargadas del cuidado y control de los espacios públicos deben imponer su autoridad y no dejarse presionar por la ciudadanía, como aconteció en el caso de la malograda concesión al Consorcio Parxin, que debía abarcar 800 manzanas y 9.750 espacios en cinco zonas bastante congestionadas de la ciudad.
Puntualizó que en el centro se tiene a Palma, Estrella y otras arterias que figuraban en ese proyecto como de alta rotación, donde solo se podía estacionar por dos horas y luego se debía liberar el espacio.
“En San Lorenzo el sistema estaba funcionando. Uno iba y encontraba lugar para estacionar porque nadie ya dejaba su auto en la calle y liberaba los espacios. Pero la gente presionó y el sistema de nuevo se levantó”, apuntó.
Si no se ponen reglas y límites, la gente va a meter sus vehículos hasta las góndolas mismas de los supermercados. Florentín Giménez, asesor en Tránsito.