Bautizada con el nombre de Pigcasso -en honor al renombrado pintor español Pablo Picasso- la cerda fue salvada de morir en un matadero en los confines de Sudáfrica, por la activista Joanne Lefson, quien también es fundadora del refugio Farm Sanctuary en Ciudad del Cabo.
Lefson relató a la revista National Geographic que la cerda demostró un gran interés hacia los pinceles y la pintura, poco tiempo después de integrarse a la familia del refugio. “Era lo único que no se comía”, comentó.
Rodeada de lienzos, pinturas y pinceles, Pigcasso dedica horas a sus obras, que hoy se cotizan a 1.000 euros. Es así como la flamante artista de 200 kilos se convirtió en el primer animal en abrir las puertas de su propia galería de arte.
Oink! Fue inaugurado el pasado mes de enero con su primera exposición artística. Lo recaudado en las ventas de sus obras, disponibles también en su página web, es destinado para financiar los gastos del refugio.
Pigcasso cuenta con un espacio en la red social Instagram -manejada por su dueña- donde expone el proceso creativo de sus obras.