De acuerdo con el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), se colocaron 182.220 toneladas de carne fresca y congelada en el mercado internacional, casi 20.000 toneladas menos que en los primeros siete meses del año pasado.
La caída es más notoria en los valores, teniendo en cuenta que en el 2022 ya se había superado los USD 1.000 millones, mientras que ahora se alcanzaron USD 881 millones.
El mejor comprador sigue siendo Chile, con un 41% de participación en los valores, pero con una reducción de los negocios en 4,3% en volúmenes; en segundo lugar se encuentra Taiwán, que prácticamente mantuvo su importación de carne paraguaya, en tanto que en tercer lugar se halla Brasil y en cuarto, Rusia, país que continúa bajando sus adquisiciones de proteína roja. La Proveeduría Marítima cierra el ránking de los cinco mejores clientes, ya que desplazó incluso a Israel, que de a poco va recuperando sus pedidos de cortes Kosher.
En total se aprovecharon 50 mercados que en promedio pagaron USD 4.380 por tonelada, lejos de los USD 5.280 que se registraban en esta misma temporada el año pasado.
El presidente del Senacsa, José Carlos Martín, se encuentra en Estados Unidos, para dar seguimiento a la habilitación de la carne paraguaya, ya que desde el punto de vista sanitario el país cumplió con todos los requisitos.