César Escobar
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Cerro Porteño prácticamente levanta el pañuelo del adiós a la lucha por el torneo. Fue hasta el Nido, donde una vez más se quedó en la complementaria y resignó dos puntos en su pretensión por pelear por el título.
El Azulgrana, ante un marca sólida de las Águilas, buscó ser un equipo de mucha movilidad, donde los volantes extremos tuvieron acompañamiento, siendo Sergio Díaz el enlace para Churín y Haedo. Sin embargo, esa sincronización de los hombres en ofensiva no prosperó, pese a que tuvo chances claras.
General, por su parte, agrupó bien la defensa y el medio para contrarrestar los ataques de Cerro. Eso hizo naturalmente que tuviera poca producción arriba al tener suficiente fuerza y compañía de los volantes.
En la complementaria, los goles de Churín y Díaz le dieron la tranquilidad a Cerro para manejar el juego. Pero al descontar el local tuvo que poner énfasis en la marca para no apeligrar en el resultado. El gol de Santa Cruz despertó al local, que se animó a más, buscando por todos los medios el empate y que lo consiguió mediante Sergio Bareiro.
La figura
Sergio Bareiro
Luchó bastante con la defensa de Cerro y en muchos casos de manera solitaria. El tanto del empate fue premio al sacrificio que hizo
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Russo apunta a la falta de picardía
“Hay muchas cosas que se hicieron hoy que son buenas y ese es el camino. Nos faltó picardía para saber manejar el partido. Hay que saber cuándo tirar la pelota afuera, cuándo tirarse al suelo. Esas picardías las que nos faltan”, manifestó Miguel Ángel Russo con respecto al empate 2-2 frente a General Díaz. Seguido, el entrenador azulgrana puntualizó: “Uno es consciente de que nos gusta ganar, uno trabaja para ganar y que son los pequeños errores nuestros los que no nos están permitiendo sumar de a tres. Soy muy crítico en todo esto. A nadie le guste perder y a mí menos. Le duele a ellos, me duele a mí y nos duele a todos”.