Ante la situación, muchos se encuentran con el dilema: O venden sus ganados o los dejan morir por inanición. Ante la primera premisa el precio del ganado es muy bajo, según la afectada Norma Servín.
“Nuestros animales son nuestro sustento, pues no tenemos un sueldo y vivimos de lo que es la ganadería, si vendemos todo nos quedamos sin nada”, manifestó.
Por otra parte, la escasez de agua y alimento conduce también a que esos ganados mueran. No obstante, hay esperanza de que llueva y se carguen los reservorios.
DESAFÍOS EN TIEMPO DE SEQUÍA. Mantener vivo el hato ganadero cuesta muy caro, según refiere Servín. Ante la falta de alimentos y agua, al igual que muchos otros miniganaderos, tuvieron que alquilar los bañaderos de la zona que, dependiendo de tipo de pasto o agua que contienen, el costo varía entre G. 25.000 hasta G. 50.000 por cabeza de ganado, por mes.
“No se puede sostener por mucho tiempo al ganado en alquiler”, dijo Servín. Además que cuando los bañaderos alquilados dejan de dar alimento y agua, los propietarios de las pequeñas haciendas deben negociar con otros propietarios que cuentan con bañaderos aptos.
LUCHA DIARIA. “Hacemos todo lo imposible para salvar nuestro ganado para no regalar”, expresó en tono de resignación Servín. Añadió que actualmente están realizando perforaciones en busca de agua dulce. Esto también cuesta mucho dinero porque el bombeo se hace manualmente durante las 24 horas.
CRISIS. La impotencia de varios pequeños ganaderos se ve reflejada en las redes sociales, según postean los pobladores de las cercanías del Pilcomayo. Algunos comentan que se les mueren sus animales porque quedan atrapados en el lodo cerca de algún pozo con remanente de agua estancada. Según perspectiva meteorológica, en la cuenca alta se esperan lluvias en los próximos 10 días, especialmente en la zona de Sucre, Bolivia. Esta información genera expectativa en la población chaqueña. De darse este fenómeno aumentaría el caudal del río y se espera que cargue los bañados. También evitaría la muerte por asfixia de miles de peces, que es la otra fuente principal de alimentación de los ribereños.