La misiva decía que deben dedicarse a la ganadería y no al cultivo de productos que requieren el uso de agrotóxicos. Sin embargo, hay que recordar que los miembros del EPP habían matado a una pareja de ganaderos de la zona.
El peón del establecimiento La Gringa, Saúl González, explicó que tanto él como varios empleados presentaron renuncia a sus puestos ayer, ya que consideran que la situación se tornó bastante peligrosa. “En estas condiciones no se puede seguir”, comentó temeroso, ante la situación de inseguridad que viven en la zona, luego del ultimátum del EPP y además posterior al doble crimen realizado por la banda armada contra los Natto.