En una ceremonia de bienvenida celebrada en el Palacio Nacional, sede del Ejecutivo mexicano, ambos mandatarios pasaron revista a las tropas antes de sostener su primer encuentro cara a cara en el marco de esta visita, aunque el quinto entre ambos.
El acto comenzó con media hora de retraso después de que Peña Nieto regresara a la capital del país, luego de un viaje relámpago a Ciudad Acuña para recorrer la zona devastada por un tornado que causó 13 muertes, la desaparición de un menor y cuantiosos daños materiales.
Al término de la reunión, Rousseff y Peña Nieto asistirán a la firma de varios convenios para promover las inversiones recíprocas, uno sobre servicios aéreos y otro que busca impulsar el turismo, y ofrecerán un mensaje a los medios de comunicación.
Después, el mandatario mexicano ofrecerá una comida en honor de Rousseff, al cabo de la cual acudirán a la ceremonia de clausura de un seminario de empresarios de ambos países.
La presidenta brasileña tiene previsto participar mañana en una sesión solemne en el Congreso antes de regresar a su país.
En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, Peña Nieto expresó hoy su convicción de que esta visita de Estado supondrá una nueva etapa en la relación entre ambos países.
México y Brasil representan en conjunto el 62 % del producto interno bruto (PIB) de la región, 55 % de su población y también 55 % de su territorio.
En 2014 el intercambio bilateral fue de 9.213 millones de dólares, una cifra considerada escasa por ambos países, que representan las dos mayores economías de América Latina.
Según datos oficiales, México invierte en Brasil más de 30.000 millones de dólares, mientras que los capitales brasileños en este país suman 2.000 millones de dólares.