–¿Cómo fue su experiencia al formar una familia junto a Osvaldo Domínguez Dibb?
–Puedo decir que fueron años vividos intensamente en cada una de sus etapas. Primero, acostumbrarse a vivir en pareja, luego fueron llegando nuestros hijos con sus cargas de responsabilidades correspondientes; al mismo tiempo, se iban sumando los compromisos y luego la presidencia del Club Olimpia. Era como que todo había asumido al mismo tiempo y creo que lo logramos.
–¿Qué valores inculcaron en sus hijos?
–Fueron los mismos que recibí en mi casa: el amor de Dios y respetar las leyes morales y divinas que conlleva esa vida.
–¿Cómo fue vivir bajo la mirada pública siendo esposa de una figura tan reconocida en el fútbol y ahora siendo la madre del presidente de la Conmebol?
–Cada persona tiene que asumir el rol que le corresponde con decoro y dignidad sea como esposa, madre o lo que fuere que le toque vivir.
–¿Qué significado tiene el deporte en su vida? ¿Cómo ha influido en su faamilia?
–Siempre pensamos con Osvaldo que los niños deben crecer practicando deportes, y a eso los hemos estimulado. El hecho de disciplinarlos, los entrenamientos derivan en buenos hábitos de vida y respeto, ajenos a los vicios. De hecho, si bien las dos mujeres fueron campeonas de natación, todos ellos, nuestros seis hijos, se criaron en un ambiente donde las competencias deportivas ocuparon un lugar preponderante. Hasta en automovilismo y paracaidismo incursionaron con nuestro beneplácito.
–¿Qué la motivó a apoyar causas como Teletón?
–A esta organización yo la acompañé desde su fundación, que al comienzo se llamó Apadem, hasta que a través del señor Francisco se transformó en Teletón, pero básicamente acompañados por el mismo grupo de personas a las que se fueron agrupando otras con igual vocación de servicio. Ayudo a las causas que puedo porque me interesa el bienestar de las personas, ya sea de la capacidad que tengan.
–¿Por qué cree que la solidaridad es tan importante en la inclusión de personas con discapacidades?
–Conozco de cerca la realidad de las personas con discapacidad, su necesidad de amor, respeto y oportunidades a las que merecen recibir y que no lograrían si no tuvieran la oportunidad de inclusión y capacitación.
–¿Cómo comenzó su involucramiento con las Olimpiadas Especiales en Paraguay?
–Yo formaba parte de un grupo de apoyo del Departamento de Educación Especial del Ministerio de Educación, en materia de deporte, hasta que se tuvo que institucionalizar e independizar para formar parte del Special Olimpics International, fundado por Eunice Kennedy Shriver, creándose, en consecuencia, Olimpiadas Especiales, capítulo Paraguay, posteriormente aceptado por la organización SPI y luego por el Comité Olimpiadas Internacional en época del señor Samarranch.
–¿Cómo ve la percepción sobre las personas con discapacidades y el apoyo a las causas?
–Como todo programa que se inicia, es requisito perdurar en el esfuerzo y hacerse conocer. Paraguay no ha dejado de asistir a ninguno de los Juegos Internacionales, a los que he sido invitada por mucho que haya costado. Todo fue posible gracias a los aportes de personas y entidades privadas que creyeron en nosotros y en la necesidad de la inclusión.