“Nunca más una Bolivia aislada, sometida a ideologías fracasadas, ni mucho menos una Bolivia de espaldas al mundo”, dijo el mandatario en un discurso en el que saludó la presencia de más de 70 delegaciones internacionales que acudieron a La Paz para la ceremonia de investidura.
Entre los principales líderes presentes se encontraban el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, y los presidentes Gabriel Boric (Chile), Javier Milei (Argentina) y Yamandú Orsi (Uruguay).
Incluso antes de asumir, Paz había anunciado su intención de abrir Bolivia al mundo, en particular con el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, rotas desde 2008 por Morales.
El economista y ex senador llega al poder en un país que, bajo Morales, llevó muy lejos el péndulo hacia la izquierda, con la nacionalización de los recursos energéticos y alianzas con la Venezuela de Hugo Chávez, así como con Cuba, China, Rusia e incluso Irán.
CAMBIO TOTAL. El nuevo jefe de Estado fue ovacionado a su entrada al Palacio Legislativo de La Paz, donde estaban presentes legisladores e invitados extranjeros.
Un torrencial aguacero caía sobre la Plaza de Armas, donde se encuentran el Parlamento y el palacio presidencial, que Paz interpretó como “una limpia” que la “Pachamama” (Madre Tierra) hacía sobre el país.
El triunfador del balotaje del 19 de octubre recibe un país con una aguda crisis económica por escasez de dólares y combustibles.
El gobierno saliente de Arce agotó casi todas sus reservas de divisas para sostener una política de subsidios universales a la gasolina y el diésel.
La inflación interanual a octubre fue de 19%, después de alcanzar un pico de 25% en julio.
PAÍS DEVASTADO. Paz sostuvo ayer que el país que recibe “esta devastado” por la crisis y que el gobierno saliente dejó una “economía quebrada”, con escasez, inflación y deuda, en su discurso tras ser investido como el nuevo mandatario de Bolivia. “El país que recibimos está devastado; nos dejan una economía quebrada, con las reservas internacionales más bajas en 30 años, nos dejan la inflación, escasez, deuda, desconfianza”, lanzó.
El nuevo presidente boliviano afirmó que les han dejado “un Estado paralizado, un monstruo burocrático incapaz de servir al pueblo”, con “filas interminables” de vehículos que buscan combustible, “mercados vacíos, salarios que no alcanzan”, aludiendo a la crisis económica que vive el país.
También señaló que los gobernantes salientes “dejan una nación cansada, dividida, endeudada moral y materialmente”, con un déficit alto y empresas públicas “convertidas en botines políticos”.
“Nos dejan la peor crisis de las últimas cuatro décadas (...) Nos dejan con una deuda de 40.000 millones. Nos traicionaron y la traición se paga en Bolivia, porque es el costo que tienen los más humildes y vamos a defender a los más humildes”, advirtió.
Según Paz, las autoridades salientes “dejaron agujeros financieros imposibles de justificar” y “la corrupción se volvió el sistema y la mentira, la política de Estado”.
“Este es el país que nos dejaron. ¿Qué carajo nos hicieron con tanta bonanza? ¿Por qué hay gente, familias que no tienen qué comer el día de hoy, si éramos tan ricos con tanto gas y con el litio como futuro? Van a responder a la patria por la pobreza y necesidad de cada boliviano y cada boliviana”, insistió.