23 abr. 2024

Patriota

Raúl Ramírez Bogado – @Raulramirezpy

Patriota es la persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien (RAE). Es una buena persona, un buen ciudadano, honesto y solidario. Ese amor incondicional que tiene por su tierra y por su gente, que en definitiva son su patria, no puede actuar de otra manera.

Los primeros en este país fueron los próceres de la independencia, que querían librarse del yugo español y gobernarse por sí mismos, en aquel lejano 15 de mayo del 1811.

A lo largo de estos 208 años de nuestra historia independiente hubo muchos patriotas. Gente que quería solo el bien de esta nación, realizando actos heroicos que quedaron en la memoria colectiva. Cada uno de la forma que creía mejor.

Muchos critican a Rodríguez de Francia, por el contexto histórico que le tocó vivir, entendió que era la mejor forma de actuar para lograr su objetivo.

Lo mismo con los López, padre e hijo, cuando la gran parte de nuestra población dio su vida por estos valores enraizados en el pueblo, por la situación de peligro en la que siempre se encontró. Defender la independencia a cualquier precio.

Varios historiadores dicen que el paraguayo era un fanático de su independencia, de su país, que le llevó a hacer los mayores sacrificios por ella. A dar la vida si necesario fuere. Y a levantarse luego del genocidio de la guerra, de la tragedia, para comenzar de nuevo. Y después, volver a pelear, al verse invadido en el Chaco. Esa es nuestra historia.

Pero, dentro de este recuento, tampoco podemos olvidar que hubo muchos antipatriotas. Los que deseaban solo su bien personal y no el de la patria. Quienes antepusieron sus intereses antes que los del país. Que se enriquecieron administrando las cosas públicas como si fuera de ellos. Y los sigue habiendo a montones.

En el contexto actual, donde las comunicaciones se dan con más rapidez, donde es más fácil opinar por las redes sociales, las palabras patriota, patria, patriotismo, no significan nada.

Al contrario, estas palabras son motivo de burla en algunos casos. Lo toman como vestigios que quedan de la educación nacionalista de la dictadura. Pero en esa oscura dictadura de la que salimos en 1989, hubo muchos patriotas que dieron su vida por ver al Paraguay libre de nuevo.

En este momento es que son más visibles las dificultades sociales, económicas, políticas, donde no hay esperanza de mejorar, donde la crítica sale fácil y solo se protesta desde el teclado, pero no se hace nada, es cuando más se necesita recordar lo que es el patriota.

Es la única manera de extirpar la corrupción reinante, el descreimiento que hay hacia las autoridades que nosotros mismos elegimos dentro de esta forma de vivir que se llama democracia.

Hay que buscar el bien del país, desde el lugar que nos toque, desde nuestros puestos de trabajo, desde el más humilde campesino hasta el primer mandatario, haciendo lo mejor, y enseñar a nuestros hijos ese amor a la patria. Y esto va dirigido a todos, no solo a los funcionarios públicos, a las autoridades, sino a la población, porque patria somos todos. “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”, como decía John F. Kennedy.

Con tantos problemas que no dejan ver una luz de esperanza, solo queda acudir a nuestros ancestros que lograron la independencia hace 208 años, un día como hoy, para que nos guíen, que nos enseñen cómo ser patriotas para superarnos como nación, y lograr despegar definitivamente en el concierto de países.

Sé muy bien que al usar estos términos habrá muchos que dirán que soy un idealista, un iluso, que no pisa tierra y hasta se reirán. Pero sé también que a los verdaderos patriotas, mis palabras les van a llegar para que despierten. Es que las ideas se transforman en palabras y las palabras en hechos. Y son estos últimos lo que hacen progresar al Paraguay. El actuar con patriotismo es la única forma de levantarnos.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.