“Paraguay está técnicamente listo para levantar la vacunación contra la fiebre aftosa. Tiene un sistema de vigilancia apropiado, certificado como país libre por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), y sin riesgo interno de circulación del virus”, afirmó Viale en entrevista con Última Hora.
Actualmente, 29 de los 35 países del continente americano están libres de fiebre aftosa sin vacunación. Paraguay forma parte del grupo de seis países que aún mantiene la aplicación de la vacuna. Sin embargo, la situación epidemiológica es favorable y el país podría sumarse al bloque de naciones que ya erradicaron el virus. “El riesgo interno desapareció en casi toda la región. Solo se mantiene en algunas zonas de Venezuela, como la frontera con Colombia, razón por la cual esa franja del país vecino sigue vacunando. En el resto del continente, no hay circulación activa del virus”, explicó.
VENTAJAS. Uno de los principales argumentos a favor del levantamiento de la vacunación es el ahorro económico directo para los productores.
Según estimaciones de Panaftosa, en Paraguay se invierten entre USD 1 y USD 1,50 por animal por dosis, considerando el precio de la vacuna y su aplicación. Teniendo en cuenta las dos campañas anuales, el país podría ahorrar unos USD 20 millones al año si suspende la vacunación. “Ese dinero quedaría directamente en el bolsillo de los ganaderos. A eso se suman otros costos indirectos, como las pérdidas por abscesos o reacciones adversas en el ganado durante la faena”, agregó Viale.
Desde el punto de vista comercial, levantar la vacunación permitiría a Paraguay aspirar a un estatus sanitario superior, lo que podría abrir la puerta a nuevos mercados.
“Todos los mercados a los que Paraguay ya accede serán mantenidos con el nuevo estatus. Lo que puede ocurrir es que se habiliten otros, como la exportación de carne con hueso, por ejemplo. Eso dependerá de las negociaciones comerciales del sector privado, pero desde el punto de vista sanitario, el país solo tiene para ganar”, aseguró.
No es un escudo. El especialista también aclaró un punto que suele generar confusión entre los productores, la percepción de que la vacuna actúa como un escudo absoluto.
“La vacuna que se aplica hoy en la región protege solo contra dos de los siete serotipos conocidos del virus, no protege contra todos. Incluso vacunando, un brote puede ocurrir si ingresa un serotipo diferente, y eso no pasó nunca desde que se introdujo el virus en el continente, en el siglo XIX”, contó.
En ese sentido, subrayó que la clave para evitar brotes no radica en seguir vacunando, sino en mantener y fortalecer el sistema de vigilancia. “Ese sistema tiene que ser robusto y estar preparado para detectar y responder ante cualquier sospecha. Eso vale tanto para países que vacunan como para los que no. La preparación para una emergencia es fundamental”, aseveró Viale.