“En un mundo quebrantado y sin paz, el Espíritu Santo nos educa para caminar juntos. La tierra descansará, la justicia se afirmará, los pobres se alegrarán y la paz volverá si dejamos de movernos como predadores y comenzamos a hacerlo como peregrinos”, dijo el Pontífice durante la homilía.
“Ya no cada uno por su cuenta, sino armonizando nuestros pasos con los pasos de los demás. No consumiendo el mundo con voracidad, sino cultivándolo y custodiándolo, como nos enseña la Encíclica Laudato si”, añadió aludiendo al texto ecologista que escribió su antecesor, el papa Francisco.
“La vigilia, que es uno de los momentos más destacados del Jubileo de los Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades, precede a la misa de Pentecostés que oficiará mañana domingo el pontífice en el mismo escenario, estuvo dedicada a la paz”.
El Papa insistió en la importancia de la unidad: “Toda la creación existe solo en la modalidad del existir juntos, a veces peligroso, pero aun así juntos siempre. Y esto que nosotros llamamos “historia” toma forma sólo en la modalidad de reunirse, de una convivencia, frecuentemente en medio de disensos, pero aun así una convivencia”.
“Lo contrario es mortal y desgraciadamente está ante nuestros ojos cada día. Que sus agregaciones y comunidades sean entonces lugares donde se practique la fraternidad y la participación, no sólo en cuanto lugares de encuentro, sino en cuanto lugares de espiritualidad”, pidió a los fieles.
La ceremonia contó, según confirmó la oficina de prensa de la Santa Sede, con la presencia de 70.000 peregrinos de 100 países que han viajado hasta el Vaticano para este Jubileo.
Tras la liturgia de la Palabra con la Renovación de las Promesas Bautismales, llegó, la homilía del Papa, que tanto en su entrada como en su salida de la Plaza vaticana se paseó en papamóvil entre los fieles, saludando y bendiciendo a los niños entre los gritos de “León, León”.
